Canadá detecta un aumento inquietante de menores implicados en terrorismo

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THE LATIN VOX (13 de noviembre del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

La seguridad nacional canadiense enfrenta un desafío inédito: la creciente implicación de menores de edad en investigaciones por terrorismo.

Así lo advirtió Dan Rogers, director del Servicio Canadiense de Inteligencia de Seguridad (CSIS), en su primer discurso anual desde que asumió la jefatura del organismo a finales del año pasado. Sus palabras dibujan un panorama complejo en el que convergen la radicalización digital, la erosión de la cohesión social y la presión persistente de actores extranjeros como China y Rusia.

Según Rogers, casi uno de cada diez expedientes de terrorismo en el CSIS involucra a un menor de 18 años, una cifra que califica de “preocupante” y que evidencia una tendencia en alza.

Este fenómeno, explicó, se alimenta de la proliferación de contenidos extremistas en línea y de comunidades digitales que captan a jóvenes vulnerables, ofreciéndoles una narrativa de pertenencia y violencia como respuesta a sus frustraciones.

Casos recientes avivan las alarmas

El director citó varios ejemplos recientes que subrayan la urgencia del problema. En agosto, un menor fue detenido en Montreal por un presunto plan de atentado en nombre de Daesh.

Meses antes, la Gendarmería Real de Canadá (RCMP) arrestó a un adolescente de 15 años en las afueras de Edmonton por supuestos vínculos con “764”, una red de extremismo violento conocida por reclutar menores. A esto se suma la imputación de dos jóvenes de la misma edad en Ottawa por un presunto complot para perpetrar un ataque masivo contra la comunidad judía local.

Estos episodios evidencian, dijo Rogers, que la radicalización ya no responde únicamente a ideologías bien definidas. Los jóvenes captados por redes extremistas pueden actuar movidos por una mezcla difusa de xenofobia, antisemitismo, misoginia, nihilismo o interpretaciones extremas de creencias religiosas. “Se inspiran en eventos que polarizan la sociedad o que los llevan a perder la esperanza en el futuro”, afirmó.

Aunque solo una minoría de individuos radicalizados llega a cometer actos violentos, las consecuencias, recordó, “son devastadoras”. Desde 2014, Canadá ha registrado 20 ataques extremistas que dejaron 29 muertos y más de 60 heridos. Según el director, muchos más han sido desarticulados gracias al trabajo coordinado del CSIS y otros cuerpos de seguridad.

El reto de un extremismo que se oculta tras la tecnología

Una de las principales dificultades para los investigadores es la capacidad de los extremistas de operar en línea de manera anónima y cifrada. “Radicalizan y son radicalizados sin dirección externa y con gran sigilo”, señaló Rogers. El aumento de la polarización social, sumado al impacto de los conflictos globales, crea el caldo de cultivo ideal para estos procesos.

Aun así, el jefe del espionaje civil canadiense insistió en que la prevención social es tan importante como la inteligencia. El apoyo comunitario, educativo y psicológico para los jóvenes, dijo, puede frenar procesos de captación antes de que avancen hacia conductas violentas.

China y Rusia: presión geopolítica en el Ártico y más allá

El discurso de Rogers también abordó otro frente de preocupación: la interferencia extranjera. Tanto China como Rusia, afirmó, han intensificado sus actividades de espionaje e influencia en Canadá, especialmente en torno al Ártico, una región estratégicamente crucial.

China busca posicionarse económicamente en el norte canadiense, mientras que Rusia mantiene una postura “impredecible y agresiva”. Además, agentes chinos continúan intentando reclutar ciudadanos canadienses con acceso a información gubernamental, militar o técnica sensible, utilizando redes sociales y plataformas de empleo.

Las advertencias llegan en un momento políticamente delicado: el primer ministro Mark Carney ha iniciado un acercamiento diplomático con Pekín, tras años de relaciones frías. Rogers evitó entrar en debates políticos, pero señaló que, independientemente del rumbo diplomático, el CSIS seguirá proporcionando inteligencia crítica al Gobierno.

La batalla por los datos: un nuevo campo de riesgo

El director también advirtió sobre el creciente volumen de datos de ciudadanos canadienses almacenados en servidores fuera del país. Esa información, señaló, podría ser utilizada por Estados hostiles para presionar, manipular o desinformar.

Rogers no mencionó plataformas específicas, pero recordó las preocupaciones expresadas por su predecesor sobre TikTok y la estrategia de recolección de datos atribuida al Gobierno chino. La solución, reconoció, “no será sencilla”, pero urge que los canadienses comprendan quién controla su información y con qué fines puede ser utilizada.

Un mensaje final de cautela, sin alarmismo

A pesar del tono severo de sus advertencias, Rogers subrayó que su intención no es sembrar alarma, sino transparencia. “Quiero tranquilizar a los canadienses: el CSIS y toda la comunidad de seguridad trabajan incansablemente en su beneficio”, dijo. El objetivo, insistió, es adaptarse a un entorno de amenazas cada vez más dinámico.

Con la radicalización juvenil en aumento, la presión de potencias extranjeras y un ecosistema digital en constante mutación, el desafío para la inteligencia canadiense es mayúsculo: proteger al país sin perder de vista la necesidad de fortalecer la cohesión social y la confianza pública.

Fuente: CBC News

Crédito fotográfico: Getty Images


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