
THE LATIN VOX (14 de noviembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El gobierno de Quebec enfrenta una tormenta política y económica tras revelarse que su ambicioso proyecto de digitalización del sistema de salud, el Système d’information des finances et de l’approvisionnement (SIFA), se ha convertido en un desastre de magnitudes históricas.
Una auditoría interna realizada a inicios de 2025 detalla una cadena de errores administrativos y decisiones cuestionables que podrían costarle a la provincia más de 700 millones de dólares canadienses.
Lo que comenzó como un proyecto de 96 millones destinado a modernizar la nómina y la gestión de suministros hospitalarios, terminó con un presupuesto que ahora se proyecta en 630 millones, y que podría alcanzar 725 millones si se aprueba la redirección de fondos del desarrollo de recursos humanos.
Además, el contrato con la empresa LGS —vinculada previamente al fracaso de SAAQclic— incluye cláusulas que impiden su cancelación sin pagar al menos 150 millones adicionales.
Culpa política: delegación y falta de control
El informe de auditoría señala que la raíz del problema fue la delegación de la gestión del proceso de licitación a la autoridad regional de salud de Saguenay, un organismo sin experiencia para manejar un proyecto nacional de esta envergadura.
Según el documento, el Ministerio de Salud “gradualmente abandonó sus responsabilidades”, dejando que la inexperiencia del CIUSSS de Saguenay-Lac-Saint-Jean comprometiera la integridad del proceso contractual.
Errores como la eliminación de garantías financieras, la supresión de cláusulas de terminación y la extensión del periodo de notificación a cinco años reflejan, según expertos, un abandono de la supervisión política. La auditoría advierte que estas fallas no solo ponen en riesgo millones de dólares públicos, sino que debilitan la capacidad del Estado de negociar y controlar proyectos estratégicos.
Un golpe económico para los contribuyentes
Desde un punto de vista económico, SIFA expone la vulnerabilidad del gobierno frente a proveedores privados en proyectos de alto costo y alta complejidad. El profesor Alejandro Romero-Torres, experto en gestión de proyectos, afirmó que la falta de personal y experiencia del CIUSSS permitió a LGS asumir un poder inusual en la gobernanza del proyecto, generando un “desequilibrio de negociación” a favor del integrador.
El resultado es una carga financiera directa sobre los contribuyentes y un riesgo futuro en la gestión de fondos públicos. Con la posibilidad de que el gobierno tenga que pagar cientos de millones adicionales si decide rescindir el contrato, la presión sobre las arcas provinciales y el presupuesto de salud es evidente.
Repercusiones políticas y presión pública
El fiasco del SIFA no solo tiene consecuencias económicas, sino que también se ha convertido en un foco de debate político. La oposición oficial solicitó públicamente la publicación de la auditoría, pero el gobierno se negó, generando cuestionamientos sobre transparencia y rendición de cuentas.
La situación coloca al ministro de Salud, Christian Dubé, y al Premier François Legault en el centro de la polémica, obligando al Ejecutivo a explicar por qué no se detuvo un proyecto con costos y riesgos tan evidentes.
Mientras tanto, la investigación de la Autorité des marchés publics continúa, y LGS, a través de IBM Canadá, asegura haber actuado conforme a contrato. Sin embargo, la percepción de falta de control gubernamental y la magnitud del gasto público han alimentado un debate que trasciende a Quebec: cómo equilibrar la modernización tecnológica con la protección de los recursos del Estado y la transparencia en la gestión pública.
Lecciones para el futuro
El caso SIFA es un recordatorio político y económico de que los proyectos digitales públicos, si no se gestionan con capacidad técnica y supervisión política adecuada, pueden derivar en pérdidas multimillonarias y escándalos que afectan la confianza ciudadana.
Para los contribuyentes de Quebec, la pregunta es clara: ¿cómo garantizar que el Estado recupere el control sobre un proyecto que debería modernizar la salud y no hipotecar su presupuesto?
Crédito fotográfico: CityNews Montreal