El Vaticano devuelve 62 objetos indígenas a Canadá en un gesto histórico de reconciliación

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THE LATIN VOX (15 de noviembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En un momento calificado como “histórico” por autoridades canadienses, el Vaticano anunció la devolución de 62 objetos culturales pertenecientes a comunidades indígenas de Canadá —incluido un kayak inuvialuit de un siglo de antigüedad— tras décadas guardados en los depósitos de los Museos Vaticanos.

La restitución, presentada como un “regalo” del Papa Leo XIV a los obispos católicos canadienses, será formalmente efectiva el 6 de diciembre.

Las piezas, provenientes de comunidades First Nations, Métis e Inuit, abarcan desde cinturones wampum y guantes de cuero Cree hasta un cinturón Gwich’in para bebés. Muchas fueron enviadas a Roma en 1925 para una exposición universal organizada por el papa Pío XI, en plena época de conversión forzada y supresión cultural impulsada por misiones católicas.

Un gesto simbólico tras años de reclamos

El Vaticano describió la devolución como “un signo concreto de diálogo, respeto y fraternidad”. El acto culmina un proceso iniciado por el papa Francisco, cuyo viaje “penitencial” a Canadá en 2022 y la declaración de 2023 rechazando la Doctrina del Descubrimiento marcaron un punto de inflexión en los esfuerzos de reconciliación con los pueblos indígenas.

En la reunión en el Vaticano estuvieron presentes varios miembros de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos (CCCB), entre ellos su presidente, Monseñor Pierre Goudreault. Según el comunicado conjunto, los obispos se comprometen a salvaguardar los objetos y a transferirlos “lo antes posible” a las Organizaciones Nacionales Indígenas, responsables de garantizar su retorno a las comunidades de origen.

Para Joyce Napier, embajadora de Canadá ante la Santa Sede y figura clave en el proceso de negociación, la noticia marca “un día histórico”. Indicó que el Vaticano siempre había manifestado su deseo de devolver los objetos, pero las conversaciones se retrasaron debido a la enfermedad y posterior muerte del papa Francisco.

Un viaje de regreso con significado profundo

Las piezas serán embaladas en los Museos Vaticanos y trasladadas en un vuelo de Air Canada vía Frankfurt con destino a Montreal, donde aterrizarán el 6 de diciembre. Posteriormente serán enviadas al Museo Canadiense de Historia, en Gatineau (Quebec), para su evaluación, identificación y eventual redistribución.

Expertos colaborarán con representantes indígenas para determinar el estado de conservación y confirmar los orígenes culturales, un paso especialmente importante para objetos considerados sagrados.

Las comunidades indígenas han insistido en que las ceremonias tradicionales deberán preceder a cualquier traslado definitivo. No obstante, algunos líderes han expresado preocupación por el formato elegido para la restitución: un “regalo” de una institución eclesial a otra, en lugar de una devolución directa a las naciones indígenas, algo que el Vaticano evita para no sentar precedente.

Reconciliación en proceso

El retorno ocurre en un contexto histórico marcado por el trauma legado por el sistema de escuelas residenciales, donde miles de niños indígenas sufrieron abusos durante más de un siglo bajo administración en gran parte católica. La devolución de objetos que fueron recopilados en ese mismo periodo de coerción cultural añade una capa de simbolismo al gesto.

Durante encuentros previos en Italia, tanto el entonces primer ministro Justin Trudeau como la exministra de Asuntos Exteriores Mélanie Joly habían presionado al Vaticano para que permitiera la repatriación. La Santa Sede había reconocido públicamente la importancia del proceso, aunque su transición entre pontificados ralentizó la respuesta final.

Un precedente delicado, pero un paso esperado

El portavoz vaticano Matteo Bruni subrayó que el mecanismo “iglesia a iglesia” es la vía habitual para la devolución de bienes culturales, evitando así un reconocimiento formal que pudiera desencadenar reclamaciones globales sobre otras colecciones.

A pesar de las críticas, la decisión es vista por muchos como un avance significativo en el camino de reparación moral hacia comunidades cuyos patrimonios culturales fueron —y en muchos casos siguen siendo— dispersados o retenidos fuera de su control.

La llegada de los objetos a Canadá, casi un siglo después de su partida, abre una nueva etapa para su restitución y para un diálogo aún incipiente pero cada vez más urgente entre el Vaticano y los pueblos indígenas.

Crédito fotográfico: Getty Images


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