THE LATIN VOX (17 de noviembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Canadá volvió a detenerse ayer domingo para celebrar uno de sus rituales deportivos más arraigados: el Grey Cup, la final del fútbol canadiense y un símbolo cultural que trasciende generaciones.
En su edición número 112, el trofeo más prestigioso de la Canadian Football League (CFL) viajó a Saskatchewan, después de que los Roughriders firmaran una victoria tan trabajada como emotiva frente a los Montreal Alouettes.
El primer ministro Mark Carney felicitó al equipo campeón destacando no solo su rendimiento deportivo, sino lo que el Grey Cup representa para el país.
“El Grey Cup es exclusivamente canadiense de principio a fin… Es nuestro juego, jugado a nuestra manera”, afirmó Carney, subrayando elementos distintivos del deporte nacional: doce jugadores por equipo, tres oportunidades para avanzar y un campo más ancho que el estándar internacional.
Un partido que une a un país inmenso
Cada año, noviembre actúa como un puente emocional entre canadienses repartidos en un territorio que se extiende por seis husos horarios. Y, según Carney, el campeonato consigue algo que pocas celebraciones logran: unir a provincias, territorios y comunidades en una sola voz deportiva.
Saskatchewan, una de las regiones donde el fútbol canadiense se vive casi como religión, vibró especialmente con este triunfo. Para los Roughriders, levantar el Grey Cup simboliza mucho más que un trofeo: es la recompensa a una temporada marcada por el tesón, la disciplina y el orgullo comunitario.
Winnipeg, anfitriona ejemplar
El primer ministro extendió también su agradecimiento a la ciudad de Winnipeg, que este año asumió el papel de anfitriona del evento. Sus estadios, calles y locales se llenaron de aficionados provenientes de todo el país, creando un ambiente que combinó la hospitalidad manitobense con la intensidad de un duelo deportivo histórico.
La organización fue calificada de impecable, consolidando a Winnipeg como una sede capaz de gestionar eventos de gran escala y atraer afición nacional e internacional por igual.
Un deporte que refleja los valores del país
Carney insistió en que el fútbol canadiense no solo es entretenimiento: es un espejo cultural. “Garra, trabajo en equipo y perseverancia”, enumeró, como los valores que han moldeado tanto al deporte como a la propia identidad nacional.
En un mundo donde las ligas globales se expanden y los deportes se internacionalizan, el Grey Cup sigue siendo un recordatorio de lo que Canadá ha sabido preservar como propio.
Los Roughriders, en la cima
La victoria de Saskatchewan corona un año sobresaliente y abre una nueva página en la historia de la CFL. Con su característico casco verde, una afición entregada y un espíritu combativo, los Roughriders volvieron a demostrar por qué son uno de los equipos más queridos del país.
“Levanten esa Copa bien alto —la han ganado”, concluyó Carney, celebrando a un equipo que una vez más ha hecho vibrar a todo Canadá.
Crédito fotográfico: Getty Images