Tensiones federales y provinciales: Canadá se acerca a un posible oleoducto hacia la costa de B.C.

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THE LATIN VOX (26 de noviembre de 2025).- Por Daniela Medina.

Esta semana, el gobierno federal canadiense confirmó que está cerca de firmar un memorando de entendimiento (MOU) con Alberta, que podría allanar el camino para un nuevo oleoducto que transporte petróleo desde las arenas bituminosas albertanas hasta la costa del Pacífico en B.C. El anuncio reaviva un viejo debate energético, ambiental y constitucional, y desata controversias en varios frentes.

¿Qué implica el acuerdo entre Ottawa y Alberta?

  • Según declaraciones del ministro de Recursos Naturales, Tim Hodgson, el gobierno federal y la provincia de Alberta están trabajando en un plan de energía común que incluiría “la posibilidad” de un oleoducto hacia B.C.
  • Este proyecto no significa que la construcción sea inmediata el MOU contemplará “condiciones necesarias, pero no suficientes” para su realización, lo que sugiere que aún faltan pasos importantes.
  • Entre los elementos a negociar están cambios regulatorios, posiblemente revisiones a la prohibición vigente para petroleros en la costa norte de B.C., una restricción instaurada en 2019 y duramente cuestionada por Alberta.

La condición de B.C. y las Primeras Naciones: cifras claves para avanzar

El primer ministro federal, Mark Carney, fue claro: cualquier oleoducto hacia la costa debe tener el consentimiento del gobierno de B.C. y de las comunidades indígenas afectadas.

Actualmente, sin embargo:

  • No existe una empresa privada que haya asumido públicamente ser promotora del oleoducto.
  • El gobierno de B.C., liderado por David Eby, ha criticado con dureza las negociaciones entre Ottawa y Alberta, calificándolas como “inaceptables” por excluir su participación.
  • Las organizaciones que representan a las comunidades indígenas costeras también han rechazado el plan. Aunque el MOU aún no se ha formalizado, ya advierten que no aceptarán ningún proyecto que vulnere sus derechos ancestrales ni arriesgue el ecosistema marino.

Gobierno federal se prepara para explicar el plan a sus propios parlamentarios

En vista de las crecientes críticas, el ministro Hodgson convocó a los diputados del ala liberal de B.C. a una sesión informativa (briefing) para “poner en contexto” los detalles del posible acuerdo con Alberta.

El fin de esta jugada: mostrar que el proyecto no es unilateral, sino que depende de múltiples condiciones, entre ellas la aprobación provincial y de las Primeras Naciones en una estrategia de “federalismo cooperativo” que, según Carney, será esencial.

Reacciones: esperanza, rechazo y ambigüedad

  • En Alberta, el gobierno de la primera ministra Danielle Smith celebra los avances. Para ellos, un oleoducto es clave para diversificar mercados y desbloquear exportaciones de crudo hacia Asia y otros destinos globales.
  • En contraste, en B.C. y entre comunidades indígenas, el proyecto es visto con desconfianza. Para muchos representa una amenaza al medio ambiente costero, a la pesca, a los modos de vida tradicionales y a sus derechos territoriales.
  • En Ottawa, aunque el gobierno defiende que las negociaciones son “constructivas”, reconoce que el camino es complejo y que el acuerdo final dependerá de negociaciones, condiciones técnicas, ambientales y políticas.

Qué está en juego: economía, clima y federalismo canadiense

Este debate no es sólo acerca de hidrocarburos o transporte: representa una encrucijada para Canadá en varios frentes:

  • Económico y comercial: Un nuevo oleoducto podría abrir rutas de exportación hacia Asia y mercados globales, lo que aumentaría ingresos para Alberta, estimularía inversiones y reduciría la dependencia del mercado estadounidense.
  • Ambiental y climático: La propuesta coincide con promesas de reducción de emisiones y transición energética; por eso el gobierno propone ligar el proyecto a iniciativas de captura de carbono, pero muchos dudan de su efectividad.
  • Político y constitucional: El proceso pone a prueba el federalismo canadiense: ¿puede Ottawa avanzar sin el consentimiento explícito de las provincias? ¿Qué rol tienen las Primeras Naciones en decisiones clave? Las respuestas definirán precedentes institucionales.
  • Social y comunitario: El riesgo ecológico, la oposición indígena y la resistencia ciudadana en B.C. anticipan posibles movilizaciones, litigios y tensión social si el plan sigue adelante.

Obstáculos persistentes y razones por las que el oleoducto aún no es un hecho

Aunque el anuncio del MOU parece un paso decisivo, los desafíos son muchos:

  1. Falta de un proponente privado sin empresa dispuesta a invertir, el proyecto difícilmente avance.
  2. Oposición política y social en B.C. la negativa del gobierno provincial y de las comunidades costeras complica cualquier intento de reactivar la ruta.
  3. Barreras legales y ambientales la prohibición a petroleros en la costa, aunque podría revisarse, representa un fuerte obstáculo; además, los riesgos ecológicos son elevados.
  4. Dudas sobre legitimidad y consentimiento indígena sin la aprobación de las Primeras Naciones, cualquier proyecto corre el riesgo de ser bloqueado judicial o políticamente.

Un pulso nacional con muchas incógnitas

La posible reactivación de un oleoducto desde Alberta hacia la costa de B.C. representa una de las negociaciones más delicadas de la política canadiense reciente. El acuerdo que podrían firmar Ottawa y Alberta un MOU cargado de promesas, condiciones y advertencias— deja claro que el proyecto aún está lejos de concretarse.

Su futuro dependerá de múltiples factores: decisiones políticas, viabilidad económica, negociación con comunidades indígenas y aceptación social. El gobierno federal lo presenta como una apuesta por la competencia internacional y por una estrategia energética renovada; pero para muchas comunidades costeras, ambientalistas e indígenas, podría significar un retroceso en la protección de territorios y un riesgo alto para ecosistemas vulnerables.

Canadá parece estar ante una encrucijada: equilibrar sus ambiciones energéticas con sus compromisos ambientales, su estructura federal con los derechos de las provincias y las Primeras Naciones, y su desarrollo económico con la sostenibilidad social. El resultado de esta negociación dará forma al modelo energético del país y definirá su rumbo en las próximas décadas.

Fuente: www.cbc.ca

Foto. Google fotos


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