Tensión renovada en el comercio norteamericano: Trump suspende y retoma negociaciones con Canadá

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THE LATIN VOX (08 de Diciembre de 2025).- Por Daniela Medina. 

El desencadenante: impuesto a gigantes tecnológicas y duro ultimátum

A mediados de 2025, Canadá aprobó o estaba por aprobar un impuesto sobre los servicios digitales que afectaría a grandes empresas tecnológicas globales con operaciones en su territorio: un 3 % sobre ingresos generados desde usuarios canadienses.

Para la administración de Trump, esa medida representaba “un ataque directo y flagrante contra Estados Unidos”.En consecuencia, el 27 de junio el Presidente Trump anunció por sus redes sociales la decisión de “terminar TODAS las negociaciones comerciales con Canadá, con efecto inmediato”, y anunció que su país impondría nuevos aranceles en los próximos siete días.

La medida reactivó las tensiones comerciales tras un 2025 ya convulso, marcado por aranceles previos sobre acero, aluminio, automóviles y otros productos canadienses, que habían sacudido la relación bilateral.

Retirada del impuesto digital y reanudación de las negociaciones

La decisión canadiense de mantener ese impuesto digital puso en jaque meses de negociaciones que buscaban estabilizar la relación comercial con Estados Unidos. Pero, ante la amenaza de aranceles y la suspensión de las conversaciones por parte de Trump, el gobierno de Canadá decidió dar marcha atrás.

El 30 de junio de 2025, Ottawa formalizó la rescisión del llamado Digital Services Tax Act (DST), con lo cual abrió la puerta a que las conversaciones con Washington se reanudaran.

El primer ministro canadiense, Mark Carney, declaró entonces que su país podría retomar negociaciones con EE. UU. tan pronto “fuera apropiado”, aspira a alcanzar un acuerdo integral con fecha límite para el 21 de julio de 2025, un plazo acordado en la reciente cumbre del G7.

Un trasfondo de guerra comercial: aranceles, represalias y desconfianza

El conflicto no se originó solo por la DST. Desde comienzos de 2025, la administración Trump adoptó una política agresiva de aranceles contra Canadá y también contra México como parte de lo que ya se denomina la “guerra comercial de 2025”.

Esa política incluyó 25 % de arancel sobre un amplio rango de bienes importados de Canadá, con algunas excepciones para energía, y otros gravámenes sobre acero, aluminio y automóviles. Canadá respondió con retorsiones, impulsó campañas de “compra nacional” y buscó diversificar mercados más allá de EE. UU. como una estrategia de mitigación.

El ministro canadiense de Comercio Internacional, Dominic LeBlanc, adelantó que Ottawa estaba dispuesto a reactivar negociaciones con Washington, particularmente sobre acuerdos comerciales específicos que habían quedado en espera, incluyendo la posible reducción de aranceles al acero y aluminio. A pesar de ello, algunos analistas advierten que el daño a la confianza bilateral ya es profundo.

Incertezas sobre el futuro del acuerdo comercial y del bloque continental

Aunque la rescisión del impuesto tecnológico y la reanudación de negociaciones pueden dar una tregua momentánea, el panorama sigue siendo frágil. Para muchos en Canadá, este episodio confirma que la relación comercial con EE. UU. pende de decisiones políticas altamente volátiles, más allá de tratados y acuerdos previos.

A su vez, los aranceles impuestos por Washington, las medidas de represalia canadiense, y la incertidumbre sobre el cumplimiento efectivo del USMCA (o su interpretación) reavivan temores de ruptura o reconfiguración del orden comercial en Norteamérica.

Para exportadores, industrias clave (acero, aluminio, automotriz, agricultura) y trabajadores, la variable de riesgo no ha desaparecido: un nuevo giro político o un anuncio intempestivo podría desencadenar otra ronda de tensiones.

Qué significa todo esto para Canadá y para el comercio global

  • Dependencia estratégica vs. vulnerabilidad: Canadá sigue dependiendo de Estados Unidos como mercado clave, pero esta relación demuestra ser frágil ante decisiones unilaterales. Muchas empresas canadienses analizan ya mercados alternativos.
  • Incertidumbre inversora: Ante la posibilidad de aranceles imprevisibles y medidas proteccionistas, inversionistas tanto nacionales como extranjeros podrían retraerse o posponer proyectos.
  • Reconfiguración del comercio global: Si EE. UU. insiste en políticas proteccionistas, Canadá podría acelerar acuerdos con otras naciones, lo que debilitaría el eje tradicional norteamericano.
  • El valor del diálogo diplomático, pero con límites: La reanudación de negociaciones muestra que el diálogo sigue siendo necesario pero su eficacia depende de cambios de postura que podrían revertirse de un momento a otro.

Entre treguas momentáneas y un futuro incierto

Lo ocurrido en los últimos meses entre Canadá y Estados Unidos evidencia que, en tiempos de tensión geopolítica y proteccionismo renovado, los tratados como el USMCA ofrecen una base, pero no garantizan estabilidad. Las decisiones unilaterales de líderes como Trump, sumadas a políticas domésticas de Ottawa, exponen las fragilidades de un sistema comercial interdependiente.

Aunque Canadá tomó una decisión estratégica al derogar su impuesto digital para restablecer el diálogo, la relación bilateral parece hoy marcada por la sospecha, la retaliación potencial y la urgencia de diversificar socios. Lo que se discuta y acuerde en las próximas semanas podría definir no solo el futuro económico inmediato de Canadá, sino el rumbo del comercio norteamericano en los próximos años.

Fuente: www.cbc.ca

Foto: Google fotos


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