Análisis: El verdadero temor de Silicon Valley … DeepSeek y la democratización de la inteligencia artificial

To shared

THE LATIN VOX (2 de febrero del 2025).-Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

El lanzamiento de DeepSeek R1, el chatbot de inteligencia artificial desarrollado en China, ha causado un revuelo sin precedentes en el mundo tecnológico. Desde caídas en los valores de las acciones hasta debates sobre la supremacía de EE. UU. en la tecnología, la aparición de este modelo ha sido descrita, erróneamente, como un «momento Sputnik».

Sin embargo, más allá de las exageraciones y los temores geopolíticos, DeepSeek representa una amenaza real para Silicon Valley, pero no por las razones que muchos imaginan.

El «momento Sputnik» original se produjo el 4 de octubre de 1957, cuando la Unión Soviética lanzó el primer satélite en la órbita terrestre, generando una ola de pánico en EE. UU. que llevó a la creación del programa Apolo y culminó con la llegada del hombre a la Luna en 1969.

Sin embargo, a diferencia de Sputnik, DeepSeek no representa un salto tecnológico significativo. De hecho, no es ni más rápido ni más preciso que otros modelos como ChatGPT de OpenAI o Claude de Anthropic. Además, comparte los mismos problemas de «alucinaciones» (errores en sus respuestas) que afectan a todos los modelos de lenguaje actuales.

El verdadero impacto de DeepSeek

Lo que realmente distingue a DeepSeek no es su tecnología, sino su modelo económico. En lugar de ser una hazaña de vanguardia, DeepSeek ha logrado igualar a los modelos más avanzados con una fracción del costo y con tecnología considerada inferior.

Las restricciones impuestas por EE. UU. en la venta de chips avanzados a China tenían como objetivo frenar su progreso, pero han provocado un efecto contrario: la innovación china ha florecido para superar estas limitaciones.

Además, DeepSeek es de código abierto y gratuito, lo que podría democratizar la IA y permitir que otros jugadores, especialmente fuera de EE. UU., entren en el mercado. Es paradójico que mientras las empresas estadounidenses buscan restringir el acceso a la IA mediante patentes y barreras comerciales, una compañía china esté promoviendo un modelo más abierto.

Derribando el mito de la IA como tecnología milagrosa

El mayor «crimen» de DeepSeek, a los ojos de Silicon Valley, es haber despojado a la IA de su aura de misticismo. Durante años, los magnates tecnológicos han presentado la IA como una revolución casi mística, alimentando promesas futuristas sobre la inteligencia artificial general (AGI) y sus capacidades sobrehumanas.

Elon Musk predijo que la IA sería «más inteligente que cualquier humano» antes de finales de 2025, mientras que Sam Altman de OpenAI afirmó recientemente que su empresa ya sabe cómo construir AGI y que en 2025 podría haber «agentes de IA uniéndose a la fuerza laboral».

Sin embargo, detrás de estos pronósticos espectaculares hay una estrategia de marketing. La exageración impulsa la inversión multimillonaria y permite que estas empresas acumulen influencia política. En lugar de avances científicos radicales, la industria de la IA ha avanzado principalmente a través de una estrategia de «escalamiento», aumentando el tamaño de los modelos, ampliando las bases de datos y empleando mayor potencia computacional.

DeepSeek desafía esta estrategia al demostrar que la mejor IA generativa no necesita recursos masivos ni inversiones descomunales. Esto es una amenaza para el modelo de negocio de Silicon Valley, que se basa en el control exclusivo de la IA y la creación de barreras de entrada para nuevos competidores.

Geopolítica y el sesgo contra China

Si DeepSeek hubiera sido desarrollado por una universidad estadounidense, sería celebrado como un avance democrático en la IA. Pero su origen chino ha generado temor y resistencia. A pesar de las críticas válidas sobre censura y vigilancia estatal, muchas de las preocupaciones sobre privacidad y control gubernamental no son exclusivas de China; también afectan a la IA desarrollada en Occidente.

El debate sobre DeepSeek refleja tanto el bombo publicitario en torno a la IA como las crecientes tensiones geopolíticas. Si bien es crucial abordar las preocupaciones sobre la privacidad y el uso ético de la IA, también es fundamental reconocer que la tecnología pertenece al mundo entero y que el acceso abierto puede traer beneficios a todos.

Conclusión

DeepSeek no es un «momento Sputnik» porque no representa una superioridad tecnológica china sobre Occidente. Pero su impacto económico y filosófico es innegable. Ha expuesto la hipocresía de Silicon Valley, que busca monopolizar la IA mientras vende la idea de un futuro tecnológico abierto.

También ha mostrado que el verdadero progreso no depende solo de poder computacional sin límites, sino de estrategias inteligentes y accesibles. Y eso, más que cualquier avance tecnológico en sí mismo, es lo que Silicon Valley realmente teme.

Crédito fotográfico: Business Standard/ Reuters


To shared