
THE LATIN VOX (2 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Goma, la mayor ciudad del este de la República Democrática del Congo (RDC), ha sido escenario de una de las peores escaladas del conflicto en la región en la última década. Al menos 773 personas han muerto y más de 2,800 han resultado heridas tras la captura de la ciudad por los rebeldes del grupo M23, respaldados por Ruanda.
El avance de estos insurgentes ha generado una crisis humanitaria sin precedentes y ha dejado a la población en una situación de extrema vulnerabilidad.
Una ciudad bajo asedio
La ofensiva del M23 en Goma, iniciada en enero, ha provocado una gran inestabilidad en la región. La falta de capacidad de respuesta del ejército congoleño ha permitido que los rebeldes avanzaran rápidamente, tomando control de importantes zonas estratégicas.
Según el portavoz del gobierno congoleño, Patrick Muyaya, el número real de víctimas podría ser mayor, ya que los insurgentes han ordenado la limpieza de los cuerpos en las calles y se sospecha la existencia de fosas comunes.
Miles de residentes han comenzado a regresar a la ciudad, donde los rebeldes han prometido restablecer servicios esenciales como agua y electricidad.
Sin embargo, la destrucción causada por los combates es evidente. «Estoy cansado y no sé a dónde ir. En cada esquina hay alguien llorando a sus muertos», relató Jean Marcus, un joven de 25 años que perdió a un familiar en los enfrentamientos.
La dimensión internacional del conflicto
El grupo M23 es considerado una de las fuerzas insurgentes más poderosas en el este de la RDC. Respaldado por unos 4,000 soldados ruandeses, según informes de la ONU, el grupo busca controlar una región rica en minerales esenciales para la tecnología global.
La presencia de tropas extranjeras ha generado tensiones diplomáticas entre la RDC y Ruanda, avivando un conflicto que se remonta a hace más de una década.
El viernes, el jefe de mantenimiento de la paz de la ONU, Jean-Pierre Lacroix, advirtió que los rebeldes estaban avanzando rápidamente hacia Bukavu, la capital de la provincia de Kivu del Sur, lo que podría significar una expansión aún mayor del conflicto. «Si capturan el aeropuerto próximo, estaría dando un paso significativo hacia el control total de la región», afirmó Lacroix.
Graves violaciones a los DDHH
El conflicto ha traído consigo denuncias de violaciones a los derechos humanos tanto por parte de los rebeldes como del ejército congoleño. Según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, el M23 ha llevado a cabo ejecuciones extrajudiciales y ha obligado a civiles a alistarse en sus filas.
«Hemos documentado la ejecución sumaria de al menos 12 personas entre el 26 y el 28 de enero, además de la ocupación de escuelas y hospitales», declaró el portavoz Jeremy Laurence.
Al mismo tiempo, el ejército congoleño enfrenta acusaciones de violencia sexual, con reportes de al menos 52 mujeres víctimas de violación en Kivu del Sur. La ONU está verificando estas denuncias, pero la preocupación por la seguridad de la población civil sigue en aumento.
Colapso humanitario y llamado a la comunidad internacional
La captura de Goma ha paralizado las operaciones humanitarias en la región, lo que ha agravado la situación de los seis millones de desplazados por el conflicto en el este del país. «Las operaciones humanitarias están en punto muerto, lo que ha cortado una línea vital de ayuda para la región», denunció Rose Tchwenko, directora de Mercy Corps en la RDC.
A medida que los rebeldes avanzan hacia Bukavu, crecen los temores de una crisis aún mayor. La comunidad internacional enfrenta el desafío de intervenir para evitar un colapso humanitario de proporciones devastadoras. Si el conflicto sigue escalando sin una respuesta contundente, la estabilidad de toda la región de los Grandes Lagos podría verse comprometida, con consecuencias que podrían durar décadas.
Crédito fotográfico: Al Jazeera