
Un estudio reciente realizado en Ontario ha revelado un preocupante aumento en el porcentaje de personas diagnosticadas con esquizofrenia después de haber recibido tratamiento por trastornos relacionados con el consumo de cannabis. La investigación, publicada el martes, indica que la proporción de nuevos casos de esquizofrenia asociados con estos trastornos ha crecido del 4% antes de la legalización al 10% tras la legalización del cannabis en la provincia canadiense.
El estudio fue llevado a cabo por investigadores de ICES, The Ottawa Hospital, el Departamento de Medicina Familiar de la Universidad de Ottawa y el Instituto de Investigación en Salud Bruyère. Incluyó a residentes de Ontario de entre 14 y 65 años que tienen acceso al sistema de salud universal de la provincia.
La investigación analizó tres periodos políticos en relación con el consumo de cannabis en Ontario, entre 2006 y 2022: antes de la legalización, tras la liberalización del cannabis medicinal y después de la legalización del cannabis recreativo.
En Canadá, el cannabis medicinal ha sido legal desde 2001, aunque inicialmente su acceso estaba restringido a personas con enfermedades graves o crónicas. En 2014, este acceso se amplió a cualquier paciente con una autorización médica que indicara un beneficio terapéutico del cannabis. Finalmente, en 2018, el cannabis para uso recreativo fue legalizado en todo el país.
Los resultados del estudio muestran que el número de personas que requirieron hospitalización por trastornos por consumo de cannabis aumentó en un 270%. Antes de la legalización, 1.3 de cada 1,000 personas necesitaban atención hospitalaria por estos trastornos, mientras que después de la legalización la cifra ascendió a 4.6 por cada 1,000 personas.
De manera paralela, el porcentaje de nuevos casos de esquizofrenia en pacientes que previamente habían sido hospitalizados por trastornos relacionados con el cannabis creció del 7% al 16%.
El Dr. Daniel Myran, uno de los autores del informe, advirtió sobre los desafíos de salud pública que conlleva el aumento del consumo de cannabis con altos niveles de THC, la sustancia psicoactiva de la planta. «Nuestro estudio destaca el creciente reto que supone la combinación de cannabis de alta potencia y el aumento del consumo regular,» afirmó Myran en un comunicado. «El triplicado de los casos de esquizofrenia asociados con trastornos por consumo de cannabis en los últimos 17 años y el aumento de los casos de psicosis subrayan la necesidad urgente de estrategias de prevención, especialmente para las poblaciones más jóvenes, que parecen ser las más vulnerables».
Los autores del estudio enfatizan que la investigación no resuelve el debate en curso sobre si el consumo excesivo de cannabis puede causar esquizofrenia. Sin embargo, señalan que el uso intensivo de la sustancia puede agravar los síntomas de la enfermedad y empeorar el pronóstico de los pacientes diagnosticados con el trastorno.
«Si bien nuestro estudio no puede demostrar causalidad, la asociación entre el consumo de cannabis y los casos de esquizofrenia es preocupante y merece más investigación,» señala el informe.
Los investigadores reconocieron que su estudio presenta ciertas limitaciones. Entre ellas, la falta de acceso a datos detallados sobre el nivel socioeconómico de los pacientes, su historial familiar de enfermedades mentales o su predisposición genética. Además, la investigación no captó con precisión el impacto de la comercialización del cannabis legal en el consumo general y en la salud mental de la población.
Los autores subrayan que «es necesaria una investigación continua para evaluar las tendencias a largo plazo de los trastornos psicóticos en relación con las políticas de cannabis, especialmente a medida que el mercado legal sigue expandiéndose y diversificándose».
El estudio plantea preguntas sobre cómo las políticas de legalización del cannabis están afectando la salud mental en la población. Expertos en salud pública han pedido regulaciones más estrictas sobre la publicidad, venta y concentración de THC en los productos de cannabis, así como campañas de concienciación sobre los posibles riesgos del consumo frecuente, especialmente entre jóvenes y personas con predisposición a enfermedades mentales.
A medida que más jurisdicciones en el mundo consideran la legalización del cannabis, los hallazgos de Ontario podrían influir en el debate global sobre los beneficios y riesgos del consumo de la planta. Lo que queda claro es que el impacto del cannabis en la salud mental sigue siendo un tema de estudio prioritario para la comunidad científica y los responsables de políticas públicas.