
La provincia canadiense de Ontario anunció el lunes la suspensión de una serie de medidas de represalia contra Estados Unidos, incluyendo la cancelación de un contrato de 100 millones de dólares canadienses (68,12 millones de dólares estadounidenses) con Starlink, la empresa de Elon Musk.
El anuncio fue hecho por el primer ministro de Ontario, Doug Ford, tras la decisión del presidente de EE.UU., Donald Trump, de aplazar por 30 días la imposición de una serie de aranceles a las importaciones canadienses.
«Tenemos buenas noticias hoy. Hemos evitado temporalmente aranceles que habrían dañado gravemente nuestra economía, lo que nos da tiempo para más negociaciones y para que prevalezcan las mentes más sensatas», declaró Ford en una publicación en la red social X.
Antes del anuncio de Trump, Ford había manifestado su intención de prohibir a las empresas estadounidenses la participación en contratos provinciales y ordenar la retirada de productos estadounidenses de las tiendas de bebidas alcohólicas en Ontario, medidas que habrían entrado en vigor el martes.
Sin embargo, con la pausa en los aranceles estadounidenses, Ford indicó que Ontario también suspendería sus acciones de represalia.
Uno de los contratos que se encontraba en riesgo era el firmado en noviembre pasado con Starlink, que tenía como objetivo proporcionar acceso a internet de alta velocidad a 15.000 hogares y negocios en comunidades remotas de Ontario. Musk, un estrecho aliado de Trump, restó importancia a la amenaza de cancelación, respondiendo con un escueto «Oh well» en X.
Ontario es la provincia más poblada de Canadá y su corazón industrial, por lo que cualquier alteración en la relación comercial con Estados Unidos podría tener consecuencias significativas.
Trump había anunciado aranceles del 25% sobre casi todas las importaciones canadienses, excepto el petróleo, que habría enfrentado un recargo del 10%. De prolongarse estas medidas, los economistas advierten que podría desencadenar una recesión en Canadá.
La decisión de Trump causó sorpresa y preocupación en el país, que ha sido históricamente uno de los aliados comerciales más cercanos de Estados Unidos. En respuesta, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció el sábado que Canadá aplicaría aranceles del 25% a productos estadounidenses por un valor de 155.000 millones de dólares canadienses.
«No se equivoquen, Canadá y Ontario siguen enfrentando la amenaza de los aranceles … Mientras nuestra relación comercial con nuestro socio más importante esté en riesgo, continuaremos viendo muchos proyectos potenciales congelados y proyectos en curso en peligro», advirtió Ford.
A pesar de la pausa en las medidas de represalia y en la aplicación de los aranceles estadounidenses, la incertidumbre sobre el futuro de la relación comercial entre ambos países sigue vigente. Expertos señalan que la situación podría escalar nuevamente si las negociaciones no logran resolver las diferencias en las próximas semanas.
Mientras tanto, la industria canadiense sigue en vilo, evaluando las consecuencias de posibles nuevas medidas y preparándose para escenarios en los que la cooperación con Estados Unidos podría verse afectada aún más.