THE LATIN VOX (2 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La ministra de Transporte de Nueva Gales del Sur, Jo Haylen, se ha visto envuelta en una polémica tras revelarse que utilizó su coche ministerial y un chofer oficial para trasladarse a un almuerzo privado durante el fin de semana del Día de Australia. El viaje de 446 kilómetros, que costó a los contribuyentes 750 dólares, ha desatado críticas por parte de la oposición y la opinión pública.
El incidente ocurrió el 25 de enero, cuando el vehículo oficial recogió a Haylen en su casa de vacaciones en Caves Beach, ubicada a casi 100 kilómetros de Sídney, y la transportó junto a cinco amigos al restaurante Brokenwood Wines en el Hunter Valley. Después del almuerzo, el chofer la llevó de regreso a su residencia antes de retornar a Sídney. En total, el automóvil estuvo en uso durante 13 horas, con el viaje registrado en el libro de ruta como «viaje de negocios durante jornada laboral».
Una disculpa pública y el reembolso del dinero
Ante la indignación generada, Haylen reconoció su error y se comprometió a devolver el dinero a las arcas públicas. “Tomé una mala decisión”, admitió la ministra en una rueda de prensa el domingo. “Si lo miro en retrospectiva, debería haber pedido un Uber”.
Si bien el uso del coche ministerial para fines privados está permitido bajo las regulaciones de Nueva Gales del Sur, la ministra admitió que su decisión no superó la llamada “prueba del bar”, una expresión utilizada en Australia para referirse al criterio de lo que la ciudadanía considera aceptable.
“No hay problema en que se disfrute de una comida con amigos, el problema fue cómo llegamos allí y cómo regresamos”, reconoció. “Cometí un error y por eso me disculpo y reembolsaré el costo. Nadie es perfecto”.
Críticas y llamados a la renuncia
A pesar de la disculpa, la oposición ha pedido la renuncia tanto de Haylen como de su colega y amiga, la ministra Rose Jackson, quien la acompañó en el viaje. El líder opositor, Mark Speakman, calificó la situación de “una falta de respeto hacia los contribuyentes” y argumentó que el uso de un vehículo estatal para un evento privado era un “descaro absoluto”.
El premier de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, también se pronunció sobre el incidente y lo calificó como “claramente inaceptable”. En respuesta, ha solicitado a la Oficina del Gabinete que revise y modifique las reglas de uso de los vehículos oficiales para evitar que esta situación se repita en el futuro. “Con estos privilegios vienen responsabilidades”, sentenció el líder laborista.
El impacto político del escándalo
El caso ha puesto de manifiesto el escrutinio constante al que están sometidos los funcionarios públicos y cómo el mal uso de los recursos estatales puede dañar la credibilidad de un gobierno. A pesar de la controversia, Haylen ha dejado claro que no tiene intención de dimitir y ha insistido en que asume su responsabilidad.
En un contexto político en el que la confianza en las instituciones es clave, este tipo de episodios pueden tener consecuencias a largo plazo. Mientras el gobierno trabaja para cambiar las reglas y la ministra devuelve el dinero, la pregunta sigue en el aire: ¿será suficiente para restaurar la confianza del público?
Crédito fotográfico: ABC News