
El brote de sarampión en el oeste de Texas ha cobrado su primera víctima mortal: un niño en edad escolar no vacunado que fue hospitalizado en Lubbock la semana pasada. Este brote, el más grave en el estado en más de 30 años, ha resultado en 124 casos confirmados desde finales de enero, afectando principalmente a niños. Hasta la fecha, 18 personas han requerido hospitalización.
La mayoría de los casos se concentran en el condado de Gaines, una región con una comunidad menonita significativa que presenta tasas de vacunación más bajas. El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa que puede provocar complicaciones graves, especialmente en niños pequeños. Las autoridades sanitarias instan a la población a asegurarse de estar al día con sus vacunas para prevenir la propagación del virus.
Este trágico suceso subraya la importancia de la vacunación en la prevención de enfermedades infecciosas y la protección de la salud pública.