Canadá, conocido por su dependencia de la inmigración como motor económico, ha decidido ajustar sus políticas migratorias con una reducción planificada del 20% en el número de residentes temporales durante los próximos tres años. Esta medida responde a las crecientes preocupaciones sobre la escasez de viviendas y el aumento del costo de vida que se han visto exacerbados por la reciente afluencia de inmigrantes.
El Ministro de Inmigración, Marc Miller, anunció que el país establecerá por primera vez un objetivo para la llegada de residentes temporales este año, con la meta de disminuir su número en aproximadamente 500,000. Actualmente, más de 2.5 millones de residentes temporales viven en Canadá, lo que representa el 6.2% de la población. El gobierno tiene como objetivo reducir la población de residentes temporales al 5%, o alrededor de 2 millones de personas.
La nueva meta anual permitirá un control más efectivo sobre el número de inmigrantes temporales, que incluye trabajadores extranjeros, estudiantes internacionales y solicitantes de asilo, cuyo número ha crecido rápidamente en los últimos trimestres. Anteriormente, el gobierno canadiense solo establecía objetivos anuales para residentes permanentes, con la intención de admitir alrededor de medio millón de ellos anualmente.
Esta política se alinea con los esfuerzos del gobierno para fortalecer la relación entre la planificación de la inmigración, la capacidad de las comunidades y las necesidades del mercado laboral, apoyando así un crecimiento poblacional predecible.