Canadá en alerta: Crece la presión de EE. UU. por la seguridad en la frontera norte

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Foto: Christinne Muschi

Ottawa – Un informe interno del gobierno canadiense advirtió hace un año que permitir que se propagara la retórica negativa sobre la seguridad de la frontera entre Canadá y Estados Unidos podría generar un «engrosamiento» del límite entre ambos países, afectando el comercio y los viajes transfronterizos.

El informe, redactado por un diplomático de la embajada de Canadá en Washington, señaló que no refutar las afirmaciones estadounidenses sobre una «crisis en la frontera norte» podría erosionar la imagen de Canadá como un vecino seguro. La advertencia cobra relevancia ahora que la administración de Donald Trump amenaza a Canadá con la imposición de amplios aranceles, citando preocupaciones sobre el flujo de migrantes y drogas ilícitas como el fentanilo hacia el sur.

Las amenazas de Washington llevaron a Canadá a anunciar en diciembre un plan de 1.300 millones de dólares para mejorar la seguridad y monitoreo de la frontera, lo que incluye el despliegue de nuevos drones y helicópteros. A inicios de este mes, el primer ministro Justin Trudeau amplió el presupuesto en 200 millones de dólares adicionales para atacar el crimen organizado.

El informe, que fue publicado bajo la Ley de Acceso a la Información, fue preparado en el contexto de la campaña presidencial estadounidense de 2024. En él se identificaron las primeras manifestaciones de preocupación en EE. UU. sobre la migración irregular y el fentanilo procedente de Canadá, señalando que los hechos estaban siendo tergiversados.

Según el análisis, en el último año miembros del Congreso, principalmente republicanos, mencionaron la frontera norte aproximadamente 1.000 veces en público, en su mayoría con una connotación negativa.

El informe fue distribuido entre diversos funcionarios federales, incluida Kirsten Hillman, embajadora de Canadá en EE. UU. Sin embargo, algunas secciones del documento fueron ocultadas en virtud de disposiciones legales que protegen deliberaciones gubernamentales y relaciones internacionales.

El documento traza una línea histórica del discurso político estadounidense sobre la seguridad fronteriza, desde la promesa de Trump en 2016 de construir un muro con México hasta los llamados actuales de algunos candidatos de 2024 para reforzar también la frontera con Canadá.

El informe señala que los legisladores de derecha en EE. UU. comenzaron a hablar sobre una «crisis en la frontera norte» después de las elecciones legislativas de 2022. Como parte de esa narrativa, los republicanos en la Cámara de Representantes formaron el Caucus de Seguridad Fronteriza del Norte y organizaron audiencias bajo títulos alarmistas como «Muerte, drogas y caos en la frontera norte».

Sin embargo, el documento subraya que la retórica sobre una crisis no refleja la realidad. Si bien EE. UU. reportó un aumento en las detenciones en la frontera norte en 2022, estas cifras seguían representando un pequeño porcentaje del total de ingresos irregulares al país. Además, el informe advierte que estos incrementos deben interpretarse en el contexto de la reapertura de fronteras tras el cierre por la pandemia de COVID-19.

En cuanto al fentanilo, el análisis destaca que menos del 1% de la droga incautada en EE. UU. proviene de Canadá. De hecho, gran parte del fentanilo que ingresa a territorio canadiense lo hace desde Estados Unidos. «La verdad es que la frontera entre Canadá y EE. UU. funciona extremadamente bien», concluye el informe.

A pesar de este optimismo, el documento también advierte sobre las posibles repercusiones de la preocupación estadounidense. Se destaca que los senadores demócratas de New Hampshire han exigido acciones contra el aumento de cruces irregulares.

Aunque la construcción de un muro en la frontera norte es «poco probable», la intensificación de la retórica podría llevar a los legisladores estadounidenses a bloquear iniciativas que faciliten la movilidad entre ambos países, advierte el documento. «Peor aún, podría empujarlos a endurecer la frontera, como sucedió tras los atentados del 11 de septiembre de 2001».

Ante este riesgo, el informe recomienda que Canadá adopte una estrategia proactiva para defender la reputación de su frontera y evitar que la narrativa negativa perjudique la confianza en el comercio y el turismo transfronterizo. «Los funcionarios canadienses deben destacar, en cada oportunidad y a todos los niveles, que la frontera entre Canadá y EE. UU. es una de las más seguras y mejor gestionadas del mundo».

Con la creciente incertidumbre en la relación bilateral y la amenaza de nuevos aranceles por parte de la administración de Trump, la forma en que Canadá maneje esta narrativa podría definir el futuro de la cooperación y el comercio con su mayor socio económico.


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