
Chrystia Freeland, exministra de Finanzas de Canadá, ha lanzado su candidatura para liderar el Partido Liberal y, en consecuencia, postularse como primera ministra tras la renuncia de Justin Trudeau. En su primer anuncio de campaña, difundido a través de un video en redes sociales, Freeland se presenta como la persona idónea para enfrentar al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y acusa al líder conservador, Pierre Poilievre, de «vender» a Canadá a Trump.
Freeland destaca su experiencia previa al liderar las negociaciones con Trump para actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), subrayando que, aunque Trump no la aprecia, Canadá salió victorioso en esas conversaciones. Además, explica que abandonó el gabinete de Trudeau en diciembre debido a diferencias sobre las medidas de gasto y en respuesta a las amenazas arancelarias de Trump, abogando por una postura fiscal más conservadora.
La contienda por el liderazgo liberal también incluye a figuras destacadas como el exgobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, quien lanzó su campaña en Edmonton, y la líder de la Cámara de los Comunes, Karina Gould, que tiene previsto anunciar su candidatura este fin de semana. Otros posibles aspirantes son el diputado de Ottawa, Chandra Arya, el exdiputado de Montreal, Frank Baylis, y el diputado de Cape Breton, Jaime Battiste. Los candidatos tienen hasta el próximo jueves para oficializar sus postulaciones.
La elección del nuevo líder liberal está programada para el 9 de marzo, con la participación del caucus parlamentario y los miembros del partido. Sin embargo, se anticipa una moción de censura el 24 de marzo que podría desencadenar elecciones anticipadas. En este contexto, el líder conservador, Pierre Poilievre, encabeza las encuestas nacionales y ha criticado la gestión económica de los liberales, señalando desafíos como la baja productividad, la inflación y la crisis de vivienda.
La renuncia de Trudeau y la competencia por su sucesión se producen en medio de tensiones comerciales con Estados Unidos, especialmente ante la amenaza de Trump de imponer un arancel del 25% a las importaciones canadienses. El gobierno canadiense ha manifestado su disposición a responder con aranceles de represalia si estas medidas se concretan.
La campaña de Freeland se centra en su capacidad para defender los intereses de Canadá frente a las políticas de Trump, diferenciándose de Poilievre, a quien acusa de no ser apto para enfrentar al mandatario estadounidense. Esta narrativa busca posicionarla como una líder fuerte y experimentada en asuntos internacionales y económicos, capaz de navegar en tiempos de incertidumbre y proteger la soberanía y economía canadienses.