TORONTO, 22 de agosto de 2024.- (Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz) .-En una asombrosa muestra de desprecio por la seguridad real de la comunidad, el gobierno de Doug Ford anunció el cierre de diez lugares de consumo seguro (SCS) en Ontario que proporcionan servicios que salvan vidas, incluida la prevención de sobredosis, en Guelph, Kitchener, Hamilton, Thunder Bay y Toronto.
Incluso mientras los trabajadores de primera línea de estos pilares comunitarios luchan por obtener más información de la provincia sobre posibles despidos, lo que está en primer plano son las decenas de miles de vidas perdidas a causa de una epidemia de intoxicación por drogas en toda la provincia. Se prevée que esta violenta directiva provocará innumerables muertes evitables.
El anuncio se produjo en nombre del gobierno de Ford por la ministra Sylvia Jones en la Asociación de Municipios de Ontario (AMO) en Ottawa, aprovechando la nueva legislación de zonificación que dará lugar a cierres de SCS en toda la provincia.
«El suministro seguro salva vidas: esta decisión provocará innumerables muertes innecesarias», declaró Kirsty Millwood, presidenta de OPSEU/SEFPO Local 5115, local compuesto que representa a los trabajadores del Regent Park Community Health Centre. «Es inconcebible recortar servicios que salvan vidas en medio de una crisis sanitaria que se ha cobrado más de 45,000 vidas en todo el país en la última década, y miles más sólo en el último año.»
«Cerrar los lugares de consumo seguro no hará que las sustancias desaparezcan de nuestras comunidades», añadió Millwood. «Pero dejará a las personas más expuestas a consumir solas y a sufrir sobredosis durante una epidemia de intoxicación por drogas tóxicas que se agrava», enfatizó Millwood.
Los cierres anunciados se producen sólo unos meses después de que 51 grupos comunitarios -incluidas las principales organizaciones de reducción de daños, atención sanitaria comunitaria y políticas de drogas- pidieran al gobierno de Ford que financiara y apoyara inmediatamente los servicios de consumo supervisado en medio del empeoramiento de la crisis de las drogas tóxicas.
La reciente decisión del cierre de lugares de consumo seguro junto con la introducción de «centros de tratamiento de recuperación de adicciones y personas sin hogar (HART, por sus siglas en inglés)» malinterpreta fundamentalmente la naturaleza del apoyo ofrecido en los lugares de consumo seguro, lo que los trabajadores defienden como la «puerta de entrada a una atención sanitaria adecuada».
Estos «centros de tratamiento» son un intento fallido de reinventar la rueda: los lugares con Servicios de Consumo y Tratamiento (CTS) ya integran un apoyo holístico para los consumidores de sustancias y conectan a las personas con duchas, derivaciones a tratamientos, asesoramiento y mucho más», ha declarado Tannice Fletcher-Stackhouse, enfermera practicante y presidenta de OPSEU/SEFPO Local 744, que representa a más de 130 trabajadores de primera línea del Centro de Salud Comunitario NorWest de Thunder Bay.
«Hemos desviado a cientos de pacientes de unos servicios de urgencias ya sobrecargados que no están equipados para ofrecer la atención integral, desestigmatizada y a más largo plazo que proporcionamos internamente», acotó Fletcher-Stackhouse.
Fletcher-Stackhouse afirma que el personal del Centro de Salud Comunitario NorWest de su localidad -uno de los centros afectados por el anuncio-, que llega a este trabajo gracias a la experiencia vivida, se está preparando para el impacto, previendo las muertes que caerán en manos de la provincia.
«Lo que harán estas nuevas instalaciones es fragmentar aún más la atención y dificultar que las personas reciban el apoyo específico que necesitan, cuando lo necesitan», añadió Fletcher-Stackhouse. «Nuestras camas de desintoxicación están crónicamente llenas y, sin embargo, de repente, ¿vamos a tener 19 nuevos centros en funcionamiento para marzo de 2025 que pueden satisfacer las necesidades de los usuarios? Este es un error costoso que le costará a la provincia millones de dólares e innumerables muertes evitables.»
Un estudio reciente publicado a principios de este año constató una reducción sustancial del 67% en las muertes por sobredosis en los barrios de Toronto situados a menos de 500 metros de los centros de consumo supervisado tras su apertura.
«Los profesionales de la reducción de daños llevan años en primera línea de esta crisis, y hemos comprobado de primera mano que allí donde el gobierno provincial no ha conseguido aplicar soluciones duraderas, nuestro trabajo en los lugares de consumo seguro ha marcado una profunda diferencia», afirmó Millwood.
«Ver ahora a la provincia armarse con el lenguaje de la ‘seguridad pública’ mientras desprecia a los expertos en reducción de daños, política de drogas y atención sanitaria a través de una directiva política tan mortífera es indefendible» añadió Millwood.
«Los centros comunitarios con prevención de sobredosis en el lugar están siendo enmarcados por los políticos conservadores como un problema de ‘seguridad’, pero ¿la seguridad de quién realmente se está sopesando cuando decimos eso?», Preguntó JP Hornick, Presidente de OPSEU/SEFPO. «¿Estamos considerando las 7444 vidas salvadas en los sitios de consumo supervisado financiados por la provincia desde 2017?»
«Estas son intervenciones de salud empíricamente impulsadas que han demostrado salvar vidas», agregó Hornick. «Estamos llorando demasiados nombres para estar tomando decisiones políticas anticientíficas que se suman a esa lista – y no hay universo en el que cerrar sitios de consumo seguro no conduzca a que esa lista crezca » finalizó Hornick.
Fuente: Ontario Public Service Employees Union (OPSEU)
Crédito de fotografía: https://www.canada.ca/