
THE LATIN VOX (2 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El abrupto congelamiento de fondos impuesto por la administración de Donald Trump ha provocado la paralización de un emblemático programa de investigación para el desarrollo de vacunas contra la malaria, afectando gravemente la colaboración científica internacional y amenazando el progreso en la lucha contra el VIH.
Investigadores advierten que este retroceso podría tener consecuencias devastadoras en la salud global y retrasar avances médicos por años.
Un golpe letal para la investigación en malaria
El Programa de Desarrollo de Vacunas contra la Malaria de USAID (MVDP, por sus siglas en inglés) tenía como objetivo mejorar las vacunas existentes para reducir la mortalidad infantil en regiones endémicas, particularmente en África subsahariana, donde la malaria cobra la vida de aproximadamente 450,000 niños menores de cinco años cada año.
Este programa financiaba la investigación en institutos de prestigio como la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos y la Universidad de Oxford en el Reino Unido. Sin embargo, la decisión de Trump de congelar el gasto federal ha obligado a estos equipos a detener su trabajo de inmediato, generando incalculables pérdidas en el desarrollo de vacunas de segunda generación que prometían mayor eficacia y durabilidad.
Un investigador que ha participado en el programa durante varios años calificó la medida como «catastrófica», destacando que la suspensión repentina de ensayos en humanos y animales conlleva serios riesgos de seguridad. «Cuando se prueba una vacuna en humanos por primera vez, es una obligación ética dar seguimiento a los participantes y garantizar su seguridad», advirtió.
Impacto en la lucha contra el VIH
Más allá de la malaria, el congelamiento también amenaza la investigación en VIH. Según el profesor Kenneth Ngure, presidente electo de la Sociedad Internacional del Sida, varios proyectos de prevención del VIH, incluidos los que estudian medicamentos inyectables y anillos vaginales, también han recibido órdenes de suspensión.
Ngure comparó el impacto de esta decisión con un vehículo que circula a alta velocidad y de repente debe frenar de emergencia: «Hay demasiadas cosas que pueden salir mal». Explicó que, si los participantes de los estudios pierden el acceso a estos tratamientos experimentales, corren el riesgo de desarrollar resistencia a los medicamentos, lo que no solo haría más complicada su atención médica, sino que también podría propagar variantes del virus resistentes a fármacos.
El profesor Kelly Chibale, director del centro de investigación H3D en la Universidad de Ciudad del Cabo, también alertó que un proyecto clave para la fabricación de ingredientes farmacéuticos activos en Sudáfrica está en riesgo. «Estamos buscando urgentemente financiamiento alternativo para continuar con este trabajo vital, retener a nuestro equipo y garantizar la sostenibilidad de la plataforma», afirmó.
Un retroceso de años, si no décadas
El análisis de datos de estudios recién completados también ha sido interrumpido, lo que, según Ngure, representa un dilema ético. «Las personas han dedicado su tiempo a estos estudios. Es nuestra obligación completar la investigación y compartir los hallazgos», dijo.
Tom Drake, analista senior de política en el Centro para el Desarrollo Global, subrayó que los recortes en la investigación no son tan visibles como la interrupción de programas de salud inmediatos, pero su impacto es igualmente devastador. «El desarrollo de vacunas contra la malaria es uno de los mayores logros en salud global de nuestra era y ha sido posible gracias a la financiación del MVDP y otros organismos», afirmó.
Aunque otros donantes podrían intervenir para mitigar el impacto, el redireccionamiento de fondos hacia estos proyectos significaría descuidar otras áreas de investigación cruciales.
Llamado a la reconsideración
A pesar de la emisión de una excepción humanitaria por parte del Departamento de Estado para garantizar asistencia vital, expertos en salud advierten que el daño ya está hecho y que la interrupción de proyectos podría significar un retroceso de décadas en la lucha contra enfermedades infecciosas.
«Hemos contado con un enorme respaldo del gobierno de EE.UU. en la lucha contra el VIH y otras enfermedades. Pero si detenemos este progreso ahora, podríamos perder años de avances, si no décadas», concluyó Ngure.
La comunidad científica y organismos internacionales de salud piden a la administración de Trump reconsiderar esta decisión, antes de que sus efectos sean irreversibles en la salud global.
Crédito fotográfico: Science