THE LATIN VOX (8 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
En un movimiento que ha sacudido los cimientos de la burocracia estadounidense, Donald Trump ha otorgado a Elon Musk y su equipo de ingenieros informáticos un acceso sin precedentes a los sistemas financieros del gobierno federal.
En una reciente conferencia de prensa, el presidente de EE.UU. insinuó que el llamado «Departamento de Eficiencia Gubernamental» (Doge) está operando sin restricciones, con el Pentágono como su próximo objetivo.
La iniciativa, encabezada por Musk, tiene como misión identificar y eliminar el despilfarro en el gobierno.
Sin embargo, la falta de transparencia y supervisión ha generado preocupación entre legisladores y ciudadanos, especialmente tras revelaciones de que Doge obtuvo acceso a datos privados de los estadounidenses «muy fácilmente». Trump, lejos de alarmarse, minimizó el problema: «No tenemos muy buena seguridad en nuestro país».
El gobierno en crisis
Desde su lanzamiento, Doge ha cerrado agencias como USAid sin la autorización del Congreso, lo que ha desatado una ola de demandas y protestas en las calles. Pese a la gravedad del asunto, Trump defiende a su aliado y su equipo de jóvenes ingenieros. «Son muy inteligentes. Si alguien se traba al hablar, sabemos que o es corrupto o no sabe lo que está haciendo», comentó.
La siguiente víctima de esta cruzada será el Departamento de Defensa, cuyo presupuesto de $850 mil millones está en la mira de Musk. «He instruido a Elon para que revise el Pentágono. Lamentablemente, encontrará cosas muy malas», afirmó Trump, agregando que la Seguridad Social no será tocada, salvo para eliminar a «inmigrantes ilegales».
Alarmas en el Congreso
El acceso de Musk a sistemas críticos ha provocado la reacción inmediata de los demócratas en el Congreso. Los senadores Elizabeth Warren y Ron Wyden han solicitado una investigación urgente sobre las implicaciones económicas y de seguridad nacional del experimento Doge. En una carta a los inspectores generales, advirtieron sobre la posible violación de leyes que protegen la privacidad de los ciudadanos.
El factor Musk: ¿Vigilante o Amenaza?
Mientras la controversia crece, Musk sigue operando a su manera, con encuestas en su plataforma X para decidir temas gubernamentales y demostrando su influencia directa en la Casa Blanca. Recientemente, ordenó la reincorporación de un empleado de Doge vinculado a comentarios racistas, después de que Trump respaldara la postura del vicepresidente JD Vance en el asunto. «Errar es humano, perdonar es divino», publicó Musk en redes.
¿Un futuro sin reglas?
El experimento Doge marca un precedente peligroso en la administración de EE.UU. La falta de regulación sobre el acceso de una entidad privada a datos gubernamentales pone en jaque la seguridad nacional y la democracia misma. Con Musk operando sin frenos y Trump brindándole respaldo total, el gobierno estadounidense podría estar entrando en una era de privatización extrema del poder estatal.
Mientras la incertidumbre se apodera de Washington, queda una pregunta en el aire: ¿Hasta dónde llegará Doge antes de que alguien logre detenerlo?
Crédito fotográfico: CNN