
THE LATIN VOX (8 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, mostraron una cálida relación durante su primer encuentro oficial en la Casa Blanca. Sin embargo, la sombra de posibles aranceles sobre las exportaciones japonesas aún se cierne sobre la economía de Tokio.
Una alianza estratégica frente a China
Ambos líderes reafirmaron su compromiso de resistir lo que describieron como la «agresión económica» de China. En un comunicado conjunto, condenaron las «actividades provocativas» de Pekín en el Mar de China Meridional y exigieron la desnuclearización de Corea del Norte. Pese a esto, Trump expresó su deseo de mantener «relaciones» con el líder norcoreano, Kim Jong-un, con quien se reunió en su primer mandato.
Japón también anunció una inversión de $1 billón en EE.UU. y un aumento en la compra de equipos de defensa estadounidenses, buscando fortalecer su papel como el mayor inversor extranjero en la economía norteamericana.
El comercio en la mira
Aunque Ishiba evitó las tarifas que Trump ha impuesto a otros aliados, el presidente estadounidense insistió en que Japón debe reducir su déficit comercial con EE.UU. a cero. «Si no lo hacen, aún pueden enfrentar aranceles», advirtió Trump, dejando la puerta abierta a futuras medidas proteccionistas.
Ante la presión, Ishiba se mostró optimista, destacando el fuerte lazo económico entre ambas naciones. «Japón es el mayor inversor en EE.UU. y continuaremos fortaleciendo esa relación», afirmó.
El caso de US Steel y la diplomacia personal
En otro punto clave de la reunión, Trump anunció que la siderúrgica japonesa Nippon Steel realizará una gran inversión en US Steel, aunque descartó la compra total de la empresa, una operación que había sido bloqueada por el ex presidente Joe Biden.
La reunión también estuvo marcada por elogios personales y gestos de camaradería. Ishiba, conocido por su afición a los modelos de barcos de guerra, expresó su emoción al conocer a Trump en persona. «En televisión parece aterrador y con una personalidad muy fuerte, pero al conocerlo es muy sincero y poderoso», comentó el líder japonés.
Trump, por su parte, calificó a Ishiba de «guapo» y celebró su respuesta cuando el japonés evitó una pregunta sobre una posible represalia en caso de aranceles estadounidenses.
Un futuro incierto
A pesar del tono positivo de la reunión, la historia sugiere que Trump podría volverse contra Tokio en cualquier momento, como lo ha hecho con otros aliados. Bajo el liderazgo de Shinzo Abe, Japón logró evitar las políticas más agresivas del «America First», pero Ishiba aún enfrenta el desafío de consolidar una relación estable con Trump.
Mientras EE.UU. amenaza con nuevos aranceles a la Unión Europea y mantiene una política proteccionista agresiva, Japón camina una delgada línea entre la cooperación económica y la defensa de sus intereses comerciales.
La pregunta sigue en el aire: ¿logrará Ishiba mantener a Japón en la buena gracia de Trump o será la próxima víctima de su guerra comercial?
Crédito fotográfico: Kent Nishimura/Reuters