El director de Newfoundland descubre el terror insidioso de ‘La Marea del Rey’ en un pequeño pueblo costero

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En la pintoresca pero aislada localidad costera de Keels, en Newfoundland, el director Christian Sparkes ha encontrado el escenario perfecto para su más reciente thriller psicológico, “La Marea del Rey”. Con apenas 50 residentes, este antiguo bullicioso centro de pesca destaca por sus costas rocosas y sus casas de madera que parecen detenidas en el tiempo, ofreciendo una atmósfera cinematográfica singularmente inquietante.

La película, que se estrena en cines de todo Canadá, gira en torno a una isla ficticia sin nombre, donde se desarrolla toda la trama. Los aldeanos aislados ven sus vidas cambiar para siempre después de que una misteriosa bebé, única superviviente de un naufragio devastador, aparece en sus costas. Nombran a la niña Isla y la crían como propia, descubriendo pronto que posee poderes de curación inexplicables que prometen inmunidad a lesiones y enfermedades.

A medida que pasan los años, la comunidad se vuelve dependiente de las habilidades de Isla. Cuando los poderes de la joven comienzan a desvanecerse, se instala el pánico y la comunidad empieza a fracturarse. “La Marea del Rey” se presenta como una nueva entrada en el género del horror folclórico, con actuaciones destacadas de un elenco que incluye a Frances Fisher y Aden Young.

Basada en un guion de Albert Shin, la película evoca proyectos como “La Aldea” de M. Night Shyamalan y la serie de Netflix “Misa de Medianoche” de Mike Flanagan, ambos tratan sobre el pensamiento grupal sectario en entornos aislados. Sparkes, consciente de estas comparaciones, se esforzó por mantener su película con los pies en la tierra y hacer que los personajes fueran más identificables.

La autenticidad de “La Marea del Rey” también se apoya en la elección de una joven estrella que transmite la complejidad de Isla, una inocente niña de 10 años que intenta comprender sus habilidades mientras el mundo a su alrededor se desmorona.


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