Estudio global revela que la fauna silvestre rural es más sensible a la actividad humana durante la pandemia de COVID-19

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Un estudio sin precedentes, que contó con la colaboración de más de 220 investigadores y el uso de 5,000 cámaras trampa alrededor del mundo, ha revelado que los animales silvestres reaccionan de manera diferente a la presencia humana dependiendo de su hábitat y dieta. La investigación, publicada en la revista Nature Ecology & Evolution, destaca cómo los herbívoros de mayor tamaño, como ciervos y alces, tienden a incrementar su actividad en presencia de humanos, mientras que los carnívoros, como lobos y glotones, prefieren evitar encuentros potencialmente peligrosos.

Durante los confinamientos por COVID-19, conocidos como el “Gran Pausa”, se observó que mientras algunas especies urbanas como los ciervos o mapaches se adaptaban y aprovechaban la presencia humana para alimentarse, los animales en zonas rurales mostraban una mayor cautela. Este fenómeno ha sido denominado ‘antropausa’ y ha proporcionado una oportunidad única para estudiar las respuestas de la fauna ante una reducción drástica y repentina de la actividad humana en sus hábitats.

El Dr. Cole Burton, profesor asociado de manejo de recursos forestales en la Universidad de Columbia Británica y titular de la Cátedra de Investigación de Canadá en Conservación de Mamíferos Terrestres, lideró el estudio. Según Burton, los resultados desafían la narrativa popular de que la vida silvestre “corría libre” mientras los humanos permanecían confinados. En cambio, se observó una gran variación en los patrones de actividad tanto de personas como de animales, siendo las condiciones del paisaje y la posición de los animales en la cadena alimenticia factores determinantes en sus respuestas.

En Canadá, por ejemplo, se encontró que los carnívoros como los glotones, lobos y pumas eran generalmente menos activos cuando la actividad humana era más alta. Por otro lado, los grandes herbívoros a menudo aumentaban su actividad pero se volvían más nocturnos ante la presencia humana. Los grandes carnívoros estaban notablemente ausentes de los paisajes más dominados por el hombre.

Estos hallazgos subrayan la importancia de implementar medidas de conservación inteligentes para minimizar los efectos negativos de la perturbación humana en la vida silvestre y reducir las superposiciones que podrían conducir a conflictos.


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