Groenlandia planea prohibir donaciones políticas extranjeras tras temores de interferencia electoral de Trump

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THE LATIN VOX (3 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

En un movimiento inesperado pero estratégico, el gobierno de Groenlandia ha propuesto una ley que prohibiría las donaciones políticas extranjeras en un esfuerzo por proteger la integridad política del territorio ante lo que perciben como una creciente amenaza de injerencia externa, especialmente después del interés manifestado por el expresidente estadounidense Donald Trump en la isla ártica.

El proyecto de ley, anunciado el lunes, establece que partidos políticos y secciones juveniles no podrán recibir contribuciones de personas o entidades ubicadas fuera de Groenlandia, con el fin de evitar posibles influencias extranjeras en las elecciones programadas antes del 6 de abril. La propuesta también limita las contribuciones privadas a un máximo de 200,000 coronas danesas (alrededor de 27,726.95 USD) en total, y de 20,000 coronas de una sola fuente.

La ley está destinada a evitar la intervención política extranjera en un momento en que Groenlandia se encuentra en el centro de la atención mundial, tras las repetidas amenazas de Trump, quien durante su mandato mostró un interés particular en adquirir la isla.

A pesar de los insistentes intentos de Trump de comprar Groenlandia, el gobierno danés y groenlandés han dejado claro en múltiples ocasiones que la isla no está en venta. Sin embargo, la iniciativa de Trump ha reavivado el debate sobre las relaciones con Estados Unidos y el futuro político del territorio.

Una isla bajo la mirada internacional

El interés de Trump en Groelandia se desató en 2019, cuando sugirió abiertamente que Estados Unidos podría adquirir la isla, lo que generó fuertes reacciones tanto en Dinamarca como en Groenlandia. A pesar del rechazo rotundo de las autoridades danesas y groenlandesas, Trump siguió manifestando su deseo de «comprar» el territorio, incluso llegando a insinuar el uso de aranceles o de la fuerza militar para conseguirlo.

Este ambiente de tensión geopolítica, sumado a la creciente atención internacional, ha motivado a las autoridades groenlandesas a actuar de forma preventiva. La nueva legislación busca salvaguardar no solo la soberanía política de Groenlandia, sino también evitar que actores internacionales, como Estados Unidos, puedan influir indebidamente en los resultados electorales de un territorio que sigue siendo parte del Reino de Dinamarca, aunque con un grado considerable de autonomía.

Una ley contra la injerencia externa

El proyecto de ley, que se discutirá el martes y se espera que sea aprobado dada la mayoría que tiene el gobierno en el parlamento, se justifica en un contexto de «intereses geopolíticos en Groenlandia», según el comunicado emitido.

La preocupación de los funcionarios groenlandeses se centra en la posibilidad de que actores internacionales, particularmente de Estados Unidos, intenten influir en los comicios locales o en las decisiones políticas a través de contribuciones extranjeras o estrategias de influencia encubiertas.

Aaja Chemnitz, representante de Groenlandia en el parlamento danés, expresó recientemente su preocupación sobre los intentos de grupos extranjeros por influir en las elecciones, no solo dentro de Groenlandia, sino en el ámbito global.

La posibilidad de que actores extranjeros, incluidos aquellos con intereses en los recursos naturales de la isla o en su ubicación estratégica en el Ártico, busquen manipular los resultados electorales ha llevado a un consenso en el gobierno de que es necesario blindar el proceso electoral de cualquier interferencia externa.

Un futuro político incierto

Mientras Groenlandia se prepara para unas elecciones cruciales, el panorama político del territorio sigue marcado por el debate sobre la independencia. Muchos dentro del movimiento independentista ven el interés de Estados Unidos como una oportunidad para mejorar la relación de Groenlandia con Dinamarca, o incluso como una vía para asegurar la independencia del territorio, cuya defensa y política exterior están bajo control de Copenhague.

Por su parte, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ha reiterado que Groenlandia pertenece a los groenlandeses, pero su visita a Europa la semana pasada fue vista como un intento de reforzar el apoyo internacional tras una llamada tensa con Trump, que duró solo 45 minutos y que se calificó como «horrenda» por funcionarios daneses.

El desafío de proteger la soberanía

El proyecto de ley en Groenlandia es un claro reflejo de la creciente preocupación sobre las presiones externas que enfrenta la isla. En un momento en que la geopolítica global está en constante cambio, y los recursos naturales de Groenlandia adquieren una importancia estratégica, la isla se ve obligada a tomar medidas para garantizar que sus decisiones políticas no sean influenciadas por actores extranjeros con intereses propios.

Aunque el proyecto de ley tiene la intención de proteger la integridad política de Groenlandia, el futuro de la isla sigue siendo incierto. Con elecciones a la vista y la persistente sombra del interés estadounidense, Groenlandia se encuentra en una encrucijada política que podría redefinir su lugar en el mundo. Lo único claro es que, a medida que se acercan las elecciones, la isla está decidida a salvaguardar su independencia política y protegerse de cualquier intento de injerencia extranjera.

Crédito fotográfico: Financial Times


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