La Policía Montada de Canadá (RCMP, por sus siglas en inglés) ha iniciado este lunes la demolición de la última estructura que quedaba en Roxham Road, una vía rural que se convirtió en un cruce migratorio no oficial utilizado por más de 100.000 migrantes que entraron en Canadá desde el estado de Nueva York para solicitar asilo desde 2017.
El sonido del metal retorcido llenó el aire por la mañana mientras comenzaba la demolición del edificio temporal situado al final de un camino rural a unos 50 kilómetros al sureste de Montreal, junto a la frontera con Estados Unidos. El sargento Charles Poirier, de la RCMP, dice que el edificio ha llegado al final de su vida útil porque el flujo de solicitantes de asilo a través de la frontera se ha reducido drásticamente en los últimos meses.
El cruce no oficial se cerró a finales de marzo después de que Estados Unidos y Canadá cerraran una laguna existente desde 2004 en el Acuerdo entre Canadá y Estados Unidos sobre Tercer País Seguro para hacer que el acuerdo se aplicara a los 8.900 kilómetros de frontera compartida. Poirier dice que unas 113.000 personas utilizaron Roxham Road desde 2017 para entrar en Quebec desde Estados Unidos. Ahora, dice, el número de migrantes que cruzan irregularmente se ha reducido a unos 14 por semana repartidos por todo el sector de Champlain, que incluye Roxham Road y las zonas circundantes.
La RCMP ya no mantendrá una presencia las 24 horas del día en el camino, pero seguirá patrullando la frontera con sus homólogos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. Según el acuerdo entre Canadá y Estados Unidos de 2004, los solicitantes de asilo tienen que solicitar el estatuto de refugiado en el primer país de los dos al que lleguen. Antes de que se cerrara la laguna, los migrantes podían cruzar la frontera en puntos ilegales, como Roxham Road, y pedir asilo en cualquiera de los dos países.
Durante años antes de 2017, Roxham Road había sido un lugar popular para cruzar, pero el punto de entrada empezó a registrar un aumento de los solicitantes de asilo después de que Estados Unidos endureciera su política contra la inmigración ilegal e impusiera nuevas restricciones a los refugiados bajo el mandato del entonces presidente Donald Trump. Como respuesta, la RCMP construyó infraestructuras en el lugar para hacer frente al intenso tráfico peatonal.