Sophia Wheeler y su novio se mudaron a la antigua granja de los abuelos de él cerca de Cornwall, Ontario, y se encontraron con un tesoro histórico: varias cartas y fotografías enviadas entre la abuela de su novio, Nelda Windsor, y uno de sus parientes que luchó en la guerra de Corea, el cabo Wycliffe Lesly Presley.
Las cartas, escritas entre 1951 y 1952, revelan la estrecha relación entre Windsor y Presley, que se contaban las novedades de sus vidas y de su pueblo. Presley también le enviaba fotos de él y de su hija pequeña, que apenas pudo conocer. La correspondencia se interrumpió cuando una de las cartas de Windsor fue devuelta con un sello que indicaba que Presley había fallecido.
Presley murió el 2 de junio de 1952, a los 25 años, tras recibir una herida mortal en el abdomen durante una batalla en el frente central de Corea. Está enterrado en el cementerio conmemorativo de las Naciones Unidas en Busan, Corea del Sur.
Wheeler se conmovió al leer las cartas y se propuso encontrar a la hija de Presley, que nunca había visto las cartas ni las fotos de su padre. Gracias a las redes sociales, logró contactar con ella en solo cinco días. Wheeler le envió las cartas y las fotografías por correo, cumpliendo así el deseo de su abuela de que algún día llegaran a su destinataria.
Más de 26.000 canadienses sirvieron en la guerra de Corea, en tierra, mar y aire. La guerra se cobró la vida de 516 canadienses, convirtiéndose en el tercer conflicto más mortífero para el país. La guerra, que enfrentó a Corea del Sur y sus aliados, liderados por Estados Unidos, contra Corea del Norte y China, terminó con un armisticio en 1953, pero nunca se firmó un tratado de paz.