¿Son efectivas las prohibiciones de alimentos en las escuelas para proteger a los niños alérgicos?

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La escuela primaria École Émilie Tremblay de Whitehorse ha levantado su restricción sobre los frutos secos y los cacahuetes en las meriendas de los alumnos, tras consultar con el personal y las familias, incluidas las que tienen niños con alergias. La medida ha reavivado el debate sobre las políticas de alergia alimentaria en los centros educativos de Canadá, donde muchos padres consideran que las prohibiciones son cruciales para evitar reacciones graves o incluso mortales.

Sin embargo, algunos expertos y economistas cuestionan la eficacia de las prohibiciones generales de alimentos y sugieren que hay otras medidas más adecuadas para prevenir y manejar la anafilaxia, como la educación, la limpieza, el lavado de manos, el no compartir comida y el uso de autoinyectores de epinefrina.

Según un estudio de la Universidad McMaster, las prohibiciones de alimentos no reducen el riesgo de reacciones alérgicas y pueden estigmatizar a los niños alérgicos. El estudio recomienda que las escuelas adopten un enfoque individualizado y flexible, basado en las necesidades y preferencias de cada niño y su familia.

Las alergias alimentarias afectan a alrededor del 7% de los niños canadienses, según Estadísticas Canadá. Los alimentos más comunes que causan alergias son los frutos secos, los cacahuetes, la leche, los huevos, el pescado, el marisco, el trigo, la soja y el sésamo.

Los expertos advierten de que la crisis de la vivienda en Canadá no se solucionará reduciendo la inmigración, sino invirtiendo más en vivienda social, regulando el mercado inmobiliario, facilitando el acceso al crédito, fomentando la densificación urbana y la movilidad residencial, y colaborando con las provincias, los municipios y el sector privado para aumentar la oferta y la diversidad de viviendas.


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