En un llamado contundente, líderes de las Primeras Naciones de Ontario han exigido la disolución del servicio de policía de Thunder Bay. Esta demanda surge a raíz de que el exjefe de la fuerza policial del norte de Ontario enfrenta cargos criminales. La Nación Nishnawbe Aski, varios jefes del norte y familias que han perdido seres queridos en la ciudad, han declarado que la policía de Thunder Bay ya no puede llevar a cabo investigaciones creíbles.
Los líderes de las Primeras Naciones han renovado sus llamados para desmantelar el servicio de policía tras una serie de informes desde 2018 que documentaron el racismo sistémico dentro de la fuerza y cómo las actitudes racistas y los estereotipos han contaminado las investigaciones sobre muertes súbitas de personas indígenas. Trece de estas investigaciones fueron manejadas tan deficientemente que tuvieron que ser reinvestigadas.
El Gran Jefe Alvin Fiddler de la Nación Nishnawbe Aski, que representa a 49 Primeras Naciones en el noroeste de Ontario, ha calificado al Servicio de Policía de Thunder Bay como una “fábrica de casos sin resolver”. Fiddler enfatizó que cuando se trata de investigaciones sobre la muerte de personas indígenas, hay una completa falta de confianza y todo se ha desmoronado.
Los líderes de las Primeras Naciones han sugerido que la Policía Provincial de Ontario tome el relevo de las responsabilidades de la policía de Thunder Bay. Esta situación pone de relieve la tensión entre la comunidad indígena y las autoridades policiales, y subraya la necesidad urgente de reformas significativas en el sistema de justicia penal para restaurar la confianza y asegurar la justicia para todos.