En un giro inesperado en la política estadounidense, Elon Musk, el magnate tecnológico y propietario de X (anteriormente conocido como Twitter), ha emergido como un actor clave en la campaña presidencial de Donald Trump para 2024. Esta alianza ha generado una ola de controversia y preocupación entre los analistas políticos y defensores de los derechos civiles, quienes temen que la combinación del poder mediático de Musk y la retórica divisiva de Trump pueda tener consecuencias significativas para la democracia estadounidense.
Desde que Musk adquirió X, la plataforma ha experimentado una transformación radical. Los verificadores de hechos han sido eliminados, y el contenido generado por inteligencia artificial ha inundado la red con información falsa sobre las elecciones. Según el Centro para Contrarrestar el Odio Digital, ninguna de las publicaciones de Musk sobre las elecciones en EE.UU. ha sido verificada, lo que ha permitido que la desinformación se propague sin control.
La situación se agrava con la creación de America PAC, un comité de acción política respaldado por Musk que apoya abiertamente la candidatura de Trump. Este PAC ha sido objeto de investigaciones en al menos dos estados, mientras que otros siete estados han exigido que Musk tome medidas contra la desinformación impulsada por inteligencia artificial en su plataforma. La combinación del control de Musk sobre una plataforma de redes sociales influyente y su apoyo financiero a Trump ha generado preocupaciones sobre la integridad del proceso electoral.
Imran Ahmed, CEO del Centro para Contrarrestar el Odio Digital, ha expresado su preocupación por el uso de la plataforma para sembrar discordia y desconfianza. “Elon Musk está abusando de su posición privilegiada como propietario de una pequeña, pero políticamente influyente, plataforma de redes sociales para sembrar desinformación que genera discordia y desconfianza”, afirmó Ahmed. La plataforma ha fallado estrepitosamente en contener el tipo de incitación impulsada por algoritmos que todos sabemos que puede llevar a la violencia en el mundo real, como se experimentó el 6 de enero de 2021.
Un ejemplo alarmante de esta desinformación es un anuncio de 15 segundos que circuló en la plataforma, en el que se mostraba una imagen de un mensaje de texto en un iPhone que instaba a los usuarios a registrarse para votar, seguido de una imagen de Donald Trump ensangrentado levantando el puño bajo el titular «Intento de Asesinato en el Mitin de Trump». Este tipo de contenido no solo es engañoso, sino que también puede incitar al miedo y la violencia.
La controversia en torno a Musk y su apoyo a Trump no se limita a la desinformación en línea. Musk ha sido acusado de utilizar su plataforma para recopilar datos valiosos de los usuarios bajo el pretexto de registrarlos para votar. Según datos del sitio web, la página de “registro de votantes” estuvo activa durante al menos un mes, recopilando direcciones, números de teléfono y edades de los usuarios sin realmente registrarlos para votar.
La influencia de Musk en la política estadounidense ha sido objeto de escrutinio desde hace tiempo. Aunque se ha declarado independiente y comprometido con el debate saludable, sus acciones recientes han demostrado un claro sesgo hacia el Partido Republicano. En una entrevista con Jordan Peterson, Musk afirmó que creó America PAC para apoyar a Trump, aunque insistió en que no se suponía que fuera «hiperpartidista». Sin embargo, su apoyo a Trump y su alineación con figuras de la extrema derecha han puesto en duda su neutralidad política.
La alianza entre Musk y Trump representa un desafío significativo para la integridad del proceso electoral en Estados Unidos. A medida que se acercan las elecciones de 2024, los analistas y defensores de los derechos civiles seguirán vigilando de cerca las acciones de Musk y su impacto en la democracia. La capacidad de Musk para amplificar la desinformación y su apoyo financiero a Trump podrían tener consecuencias duraderas para el panorama político estadounidense.