El juicio de las figuras clave del convoy, Lich y Barber, se acerca a su fin

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FOTO: THE CANADIAN PRESS

El juicio de Tamara Lich y Chris Barber, figuras prominentes del convoy de la libertad, está llegando a su fase final. Este proceso judicial, que ha captado la atención de la nación, ha sido una montaña rusa de emociones y controversias desde su inicio en septiembre de 2023. Los acusados, Lich y Barber, enfrentan cargos de alteración del orden público, obstrucción a la policía, incitación a otros a cometer alteración del orden público e intimidación, todo en relación con su papel en las protestas de 2022 que paralizaron el centro de Ottawa.

Para Lich y Barber, este juicio ha sido un viaje largo y lleno de incertidumbre. Desde su arresto en febrero de 2022, ambos han tenido que regresar a Ottawa en múltiples ocasiones, enfrentando un sistema judicial que, según ellos, se mueve a un ritmo exasperantemente lento. “Para una ciudad que claramente no quiere que esté aquí, parece que no pueden dejarme ir”, comentó Lich desde su hogar en Medicine Hat, Alberta.

Las protestas de 2022, conocidas como el Convoy de la Libertad, surgieron como una respuesta a las medidas de vacunación y restricciones impuestas por el gobierno debido a la pandemia de COVID-19. Miles de camioneros y simpatizantes se congregaron en Ottawa, bloqueando calles y creando un caos que llevó al gobierno federal a invocar la Ley de Emergencias, una medida sin precedentes en la historia de Canadá.

El juicio ha sido todo menos sencillo. A lo largo de más de 30 días de testimonios y argumentos, el proceso se ha visto ralentizado por disputas legales, retrasos técnicos y testigos no preparados. La fiscalía ha intentado utilizar el mismo conjunto de pruebas contra ambos acusados, lo que ha añadido una capa adicional de complejidad al caso.

Lich y Barber han sido acusados de actuar en conjunto durante las protestas, organizando conferencias de prensa y recaudando fondos para apoyar a los camioneros en el terreno. La fiscalía ha argumentado que ambos líderes buscaron formas de distribuir dinero para que los manifestantes pudieran continuar su estancia en Ottawa hasta que se levantaran las restricciones de COVID-19.

Por otro lado, la defensa, respaldada por organizaciones libertarias y de derecha bien financiadas, ha señalado que apelarán en caso de un veredicto de culpabilidad. Del mismo modo, la fiscalía podría apelar si Lich y Barber son declarados inocentes.

El juicio no solo ha afectado a los acusados, sino también a la comunidad de Ottawa. Las aceras fuera del Tribunal de Justicia de Ottawa se han convertido en un foro para protestas tanto de simpatizantes como de opositores a los mandatos de vacunación. La presencia constante de manifestantes ha mantenido viva la tensión en la ciudad, recordando a los residentes los días caóticos de 2022.

A medida que se acercan los argumentos finales, tanto Lich como Barber se preparan para lo que podría ser una larga batalla legal. Ambos han expresado su expectativa de regresar a Ottawa en múltiples ocasiones en los próximos meses y años, independientemente del veredicto.

El juicio de Tamara Lich y Chris Barber es un reflejo de las profundas divisiones en la sociedad canadiense en torno a las medidas de salud pública y las libertades individuales. A medida que este capítulo legal llega a su fin, queda por ver cómo se resolverán estas tensiones y qué impacto tendrá en el futuro del activismo en Canadá.


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