El reciente episodio de tormentas severas que azotó el sur de Quebec ha llegado a su fin, dejando tras de sí un rastro de lluvias torrenciales, vientos fuertes y múltiples desafíos para los residentes de la región. Durante el fin de semana, varias oleadas de tormentas eléctricas atravesaron el área, provocando acumulaciones de agua significativas y cortes de energía en diversas localidades.
Las tormentas, que comenzaron el domingo por la tarde, trajeron consigo lluvias intensas y ráfagas de viento que superaron los 100 km/h en algunas zonas. La región metropolitana de Montreal fue una de las más afectadas, con inundaciones localizadas y daños en infraestructuras debido a la caída de árboles y postes eléctricos. Según Environment Canada, algunas áreas registraron hasta 125 mm de lluvia, lo que exacerbó el riesgo de inundaciones y desbordamientos de ríos.
A pesar de la severidad de las condiciones meteorológicas, las autoridades locales y los equipos de emergencia actuaron rápidamente para mitigar los efectos de la tormenta. Se establecieron centros de refugio temporales para aquellos que se vieron obligados a evacuar sus hogares, y se desplegaron cuadrillas de reparación para restablecer el suministro eléctrico a las decenas de miles de hogares afectados.
Con la finalización de la alerta de tormenta severa, los residentes del sur de Quebec pueden esperar una mejora gradual en las condiciones climáticas. Se pronostica que el clima soleado y cálido regresará a la región a partir del martes, brindando un respiro bienvenido tras días de inclemencias. Sin embargo, las autoridades advierten que es crucial mantenerse alerta y preparados para posibles eventos meteorológicos futuros, dado el carácter impredecible del clima en esta época del año.
En resumen, aunque la tormenta ha pasado, el impacto de sus efectos se sentirá durante varios días mientras las comunidades trabajan para recuperarse y reconstruir. La resiliencia y la solidaridad de los residentes de Quebec serán fundamentales en este proceso de recuperación.