Análisis: La ola global de boicot a los productos estadounidenses … un movimiento impulsado por la ira y la discriminación cultural

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THE LATIN VOX (12 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Un movimiento internacional está tomando fuerza en respuesta a las políticas del gobierno de Donald Trump. Desde Canadá hasta Europa, el boicot a los productos estadounidenses se ha convertido en una protesta organizada que busca desafiar tanto la economía como la cultura de Estados Unidos.

En este contexto, figuras públicas como el violinista clásico alemán Christian Tetzlaff han decidido cancelar sus giras por Estados Unidos, mostrando un rechazo claro a las políticas autoritarias y a la crisis democrática que se vive en el país.

Tetzlaff, conocido por su magistral interpretación en el ámbito de la música clásica, expresó su desilusión con el gobierno de Trump y el ambiente político que ha generado. «Siento una ira total», confesó el músico.

«No puedo seguir con este sentimiento dentro de mí. No puedo simplemente ir a hacer una gira de conciertos hermosos». Estas palabras resuenan con muchos que, como él, no se sienten cómodos con la dirección que ha tomado la política estadounidense.

El caso de Tesla: Caída de ventas en Europa

Uno de los ejemplos más destacados del boicot en curso es la caída de ventas de los autos Tesla en Europa, una marca que antes era sinónimo de innovación y progreso. La relación entre Elon Musk y la administración de Trump, quien creó el «departamento de eficiencia gubernamental» bajo su mandato, ha llevado a una crisis económica para la compañía. A tan solo un día de este lunes, Tesla perdió aproximadamente un 15% de su valor, reflejando el creciente desinterés de los consumidores europeos por sus vehículos.

Este rechazo no se limita solo a la industria automotriz. En Canadá, donde las tensiones comerciales con Estados Unidos han aumentado, el boicot se ha generalizado, alcanzando desde productos alimenticios hasta productos tecnológicos. En el ámbito cultural, incluso los partidos de hockey han sido testigos de abucheos al himno nacional de Estados Unidos.

El auge de las apps para evitar productos estadounidenses

Para facilitar esta tarea, han surgido numerosas aplicaciones diseñadas para ayudar a los consumidores a identificar productos estadounidenses. Algunas de estas apps tienen nombres curiosos como «Buy beaver», «Maple Scan» e «Is this Canadian», y permiten escanear códigos QR para identificar y evitar productos fabricados en Estados Unidos.

Este fenómeno ha sido particularmente notable en Canadá, donde la cantidad de viajeros que cruzan a Estados Unidos se ha reducido en un 23% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Boicot en Europa: Un movimiento contundente

El boicot no se limita a América del Norte. En Suecia, alrededor de 40,000 usuarios se han unido a un grupo de Facebook para promover el rechazo a las empresas estadounidenses, en su mayoría ofreciendo alternativas europeas a productos de consumo.

En Dinamarca, tras las amenazas de Trump sobre la soberanía de Groenlandia, la mayor cadena de supermercados del país, el Grupo Salling, ha comenzado a etiquetar los productos fabricados en Europa con una estrella negra, alentando a los consumidores a elegir opciones locales.

Además, la empresa noruega Haltbakk, uno de los mayores operadores de suministro de combustible del país, decidió cortar relaciones con la Armada de Estados Unidos, luego de la tensa reunión entre Trump y el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy.

«Nos hemos decidido a dejar de ser proveedores de combustible para las fuerzas estadounidenses en Noruega», anunciaron en redes sociales, invitando a otros europeos a seguir su ejemplo.

La respuesta de Trump y las consecuencias del boicot

El presidente Trump no ha permanecido en silencio ante esta creciente ola de boicots. A través de sus redes sociales, lamentó la caída de las ventas de Tesla y acusó a la «izquierda radical» de intentar boicotear a uno de los «grandes fabricantes de automóviles del mundo». Sin embargo, los comentarios de Trump solo han avivado la indignación de aquellos que ya ven en él un símbolo de los problemas sistémicos dentro de su administración.

Elisabeth Braw, miembro del Atlantic Council, comentó que lo sucedido es una clara señal de que los negocios y los consumidores internacionales ya no perciben a Estados Unidos como el líder del «mundo libre». Esto, junto con las políticas externas y el trato hacia figuras como Zelenskyy, ha causado un quiebre en la percepción global de Estados Unidos.

¿Un boicot predecible?

Este fenómeno no es totalmente inesperado. Cuando Trump anunció su intención de imponer aranceles a productos extranjeros, muchos analistas predijeron que los consumidores internacionales responderían negativamente a los productos estadounidenses.

Takeshi Niinami, CEO de Suntory Holdings, destacó que la creciente desconfianza hacia los productos estadounidenses era un resultado previsible de las políticas de Trump. «Esperamos que las marcas estadounidenses sean menos aceptadas en los mercados internacionales debido, primero, a los aranceles, y segundo, a la emoción», señaló.

Un movimiento en expansión

El boicot contra los productos estadounidenses sigue ganando terreno, impulsado por una indignación creciente que atraviesa continentes. En el Reino Unido, Zoe Gardner, organizadora de la Coalición Stop Trump, informa sobre un interés creciente por parte de los ciudadanos, especialmente a través de plataformas como TikTok, donde se comparten experiencias y se busca recuperar el poder de los consumidores.

Mientras tanto, las ventas de Tesla en Europa continúan cayendo en picada, y la figura de Elon Musk, estrechamente vinculada a la administración de Trump, se ha convertido en un reflejo de los problemas estructurales que han marcado la política estadounidense en los últimos años. Este movimiento no muestra señales de disminuir, y podría ser un indicio de un cambio cultural y económico en las relaciones entre Estados Unidos y el resto del mundo.

Crédito fotográfico: CityNews Vancouver


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