EE.UU: Administración Trump prohíbe izar banderas no estadounidenses en las embajadas

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THE LATIN VOX (24 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En una medida que resalta las tensiones políticas y sociales que marcan el actual panorama estadounidense, el Departamento de Estado de los Estados Unidos ha emitido una nueva política que prohíbe a las misiones diplomáticas del país izar banderas que no sean la de Estados Unidos.

Esta política, titulada «One flag policy», llega como parte del compromiso de la administración Trump de reducir lo que se percibe como una expansión de iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) dentro de las instituciones gubernamentales.

La decisión contrasta con los esfuerzos realizados durante la administración de Joe Biden, cuando se permitió que banderas como la del Orgullo Gay y la de Black Lives Matter ondearan en diversas embajadas y misiones diplomáticas estadounidenses en el extranjero, en un acto simbólico de apoyo a los derechos civiles y las luchas sociales.

Estas acciones, que fueron muy celebradas por los defensores de los derechos humanos, también generaron críticas y un fuerte rechazo por parte de sectores conservadores, quienes las vieron como una politización de la diplomacia estadounidense.

La «One Flag Policy» y su impacto

Según un cable obtenido por el diario The Guardian, el nuevo protocolo establece que «solo se autoriza izar o exhibir la bandera de los Estados Unidos en las instalaciones estadounidenses, tanto en el país como en el extranjero».

Además, se especifica que esta política también se extiende a los contenidos del gobierno de EE. UU., eliminando cualquier otro símbolo o bandera que no sea la estadounidense. Las únicas excepciones permitidas serían la bandera de prisioneros de guerra y desaparecidos en acción, así como la bandera de rehenes y detenidos injustamente.

La decisión llega en un momento en el que las políticas relacionadas con la diversidad y la inclusión continúan siendo un tema polarizador en la política estadounidense. Para muchos, la prohibición de estas banderas no solo es un retroceso en términos de reconocimiento y apoyo a las causas sociales, sino también un reflejo de las profundas divisiones que existen en el país en torno a temas de igualdad y derechos humanos.

El contexto: La diversidad en el gobierno

Esta medida también se produce en el marco de una serie de órdenes ejecutivas firmadas por Trump el primer día de su mandato, en las que ordenó la suspensión de todos los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en las agencias federales.

En el mismo sentido, otro de sus decretos atacó la noción de los géneros no binarios, afirmando que solo existen dos sexos, un movimiento que fue visto como un golpe contra los derechos legales de las personas no binarias.

Si bien algunos consideran que estas políticas son necesarias para restablecer el orden y proteger lo que consideran los valores tradicionales estadounidenses, otros argumentan que son un retroceso en la lucha por los derechos de las minorías y las comunidades históricamente oprimidas.

La política de no permitir banderas ajenas a la de EE. UU. ha sido interpretada por muchos como un intento de borrar la visibilidad de las luchas sociales y los movimientos de derechos civiles que han ganado terreno en los últimos años.

Las reacciones y las implicaciones internacionales

El nuevo enfoque ha causado consternación en algunos círculos diplomáticos, quienes temen que esta medida pueda afectar las relaciones internacionales de Estados Unidos, particularmente con aquellos países que apoyan la diversidad de género, las causas LGTB+ y el movimiento Black Lives Matter.

La retirada de la bandera del Orgullo Gay, que previamente había sido izada en varias embajadas en señal de apoyo a la comunidad LGBTQ+, ha generado reacciones de indignación entre los defensores de los derechos humanos, quienes ven este tipo de símbolos como una muestra de solidaridad y compromiso con los derechos universales.

Además, la política podría aumentar las tensiones internas en los Estados Unidos, donde el debate sobre el alcance de la diversidad y la inclusión sigue siendo uno de los temas más candentes de la política nacional.

Los opositores a la medida señalan que la bandera estadounidense, aunque un símbolo de unidad, no debe ser utilizada como un instrumento para silenciar o ignorar las diversas identidades y luchas que existen dentro del país.

Un país dividido

La nueva política refleja las profundas divisiones dentro de Estados Unidos, donde las cuestiones relacionadas con la identidad, los derechos civiles y la diversidad continúan siendo fuentes de intenso debate. Mientras que algunos ven en la bandera de EE. UU. el símbolo de la unidad y la libertad, otros argumentan que esa misma bandera debe ser un espacio inclusivo que reconozca las múltiples voces y realidades que componen la nación.

En este contexto, la administración Trump no solo está trazando una línea clara sobre lo que considera apropiado en el ámbito diplomático, sino que también está marcando un claro contraste con la administración Biden, cuya política fue percibida como más abierta y pluralista en cuanto al apoyo a diversas causas sociales.

El futuro de estas políticas y su impacto en la diplomacia internacional y las relaciones exteriores de EE. UU. seguirá siendo un tema crucial en los próximos años, a medida que se defina el rumbo de la nación en términos de sus valores fundamentales y su posición en el mundo.

Crédito fotográfico: ABC NEWS


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