
THE LATIN VOX (4 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En una situación que ha agitado las entrañas de la institución, dos grupos de agentes del FBI han demandado al Departamento de Justicia de EE. UU. en un esfuerzo por bloquear la recopilación de información sobre los empleados que trabajaron en las investigaciones del asalto al Capitolio del 6 de enero y los casos relacionados con Donald Trump.
El litigio subraya las tensiones crecientes dentro de la agencia y destaca el temor a represalias en un momento de incertidumbre sobre el futuro de su personal.
La demanda se presentó después de que Emil Bove, fiscal general interino, ordenara al FBI compilar y entregar una lista con los agentes que participaron en las investigaciones relacionadas con el ataque al Capitolio y el manejo de documentos clasificados en Mar-a-Lago por parte de Trump. Esta lista, según las directrices, sería revisada para tomar decisiones sobre personal, lo que ha generado preocupación sobre posibles despidos masivos.
En los documentos legales presentados, los abogados de los agentes pidieron que se impidiera al Departamento de Justicia recolectar o difundir dicha lista. Argumentaron que usar esta información para despedir empleados del FBI sería un acto de represalia ilegal, violando las protecciones de los servicios civiles que protegen a los trabajadores del gobierno de represalias políticas. Esta situación refleja el clima de incertidumbre que ha invadido la agencia durante los últimos días, con muchos empleados temiendo por sus empleos.
El malestar dentro del FBI se ha intensificado desde que el director interino, Brian Driscoll, revelara en un memorándum interno que había sido ordenado a despedir a ocho altos ejecutivos de la agencia, a menos que estos decidieran retirarse antes de ser removidos. Además, Driscoll mencionó que debía identificar a los agentes que habían trabajado en los casos del 6 de enero, lo que generó inquietud en las oficinas de todo el país, ya que muchos temen que su asignación a estos casos, que han enfurecido al expresidente Trump, pueda llevarlos al despido.
Este tumulto en el FBI ocurre en medio de una agitación similar dentro del Departamento de Justicia, que la semana pasada despidió a más de una docena de fiscales que habían trabajado en los casos especiales contra Trump, siguiendo una orden directa del presidente.
La situación genera preguntas sobre si la actual administración busca reestructurar de manera significativa la agencia y el Departamento de Justicia, y si eso podría implicar un intento de presionar o purgar a aquellos que han liderado las investigaciones contra el exmandatario.
La primera demanda, presentada por nueve agentes del FBI, se lleva a cabo como una acción colectiva en nombre de hasta 6,000 empleados afectados que trabajaron en los casos del 6 de enero o en la investigación sobre los documentos clasificados de Mar-a-Lago. Los demandantes aseguran que han sido informados de que es probable que sean despedidos en la semana del 3 al 9 de febrero de 2025 debido a su trabajo en estos casos.
Por otro lado, la segunda demanda fue interpuesta por siete agentes y la Asociación de Agentes del FBI. En ella se solicita al juez federal que emita una orden de restricción temporal para evitar que el Departamento de Justicia libere los nombres de los agentes en la lista y que, en última instancia, se impida que la agencia recoja dicha información.
Este segundo litigio subraya un detalle curioso: algunos agentes que fueron llamados a completar la encuesta nunca trabajaron en los casos del 6 de enero, mientras que otros que sí lo hicieron no fueron contactados.
La complejidad de la situación interna del FBI se intensifica con las acusaciones de desorganización dentro del Departamento de Justicia, lo que ha dificultado la verificación de la precisión de la información recopilada sobre los empleados.
Este caso es emblemático de una creciente batalla por la autonomía y la independencia del FBI frente a presiones políticas. A medida que avanza el juicio, queda claro que el conflicto entre las autoridades federales y los empleados del FBI es un reflejo de las tensiones más amplias que atraviesan las instituciones gubernamentales estadounidenses, enfrentando la independencia de la justicia frente a la injerencia política.
Crédito fotográfico: Bloomberg Law News