El profesor canadiense Hassan Diab regresa al ojo público tras una publicación de Elon Musk

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THE LATIN VOX (12 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

La vida tranquila de Hassan Diab en Ottawa, donde enseñaba sociología a medio tiempo en la Universidad Carleton y pasaba su tiempo libre con sus hijos pequeños, se vio nuevamente sacudida por el regreso de un caso judicial que parecía haberse enfriado.

Este académico canadiense-libanés había sido condenado en ausencia por un atentado con bomba en una sinagoga de París en 1980, pero siempre mantuvo su inocencia, alegando que en ese momento se encontraba en Beirut, realizando exámenes universitarios.

Sin embargo, a principios de 2024, una nueva publicación en redes sociales provocó una nueva oleada de atención mediática sobre su caso. Elon Musk, el magnate de la tecnología, rebotó un tuit de Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador canadiense, en el que se cuestionaba si un «asesino en masa» podía vivir libre en Canadá como profesor. El tuit alcanzó a más de 21 millones de personas y reavivó la controversia, sumiendo nuevamente a Diab en una turbulencia mediática y personal.

La historia de un atentado devastador

El 3 de octubre de 1980, una explosión devastadora en la calle Copernic de París acabó con la vida de cuatro personas e hirió a más de 40, cuando una bomba escondida en una motocicleta estalló frente a una sinagoga, poco después de que los feligreses terminaran el servicio. Entre las víctimas mortales estaba Aliza Shagrir, una editora de cine israelí, cuyo hijo, Oron, aún recuerda el dolor irreparable que dejó la pérdida.

Aunque la investigación inicial apuntaba a un grupo terrorista palestino, el Frente Popular para la Liberación de Palestina – Organización Secundaria (PFLP-OS), el caso no avanzó hasta 2007, cuando un informe de inteligencia israelí vinculó a Diab con el atentado. A pesar de las dudas sobre la fiabilidad de esta información, la justicia francesa solicitó su extradición en 2008, y tras un proceso judicial largo y polémico, Diab fue enviado a Francia en 2014.

Extradición y liberación

Una vez en prisión en Francia, Diab pasó más de tres años en detención sin juicio, hasta que nuevos jueces revisaron el caso y descubrieron que la evidencia en su contra era insuficiente. Finalmente, en 2018, los jueces franceses determinaron que no había pruebas suficientes para mantener su encarcelamiento y ordenaron su liberación.

De vuelta en Canadá, Diab trató de reconstruir su vida. El primer ministro Justin Trudeau expresó su apoyo a Diab, lamentando el trato que había recibido. Sin embargo, la tranquilidad fue efímera. En abril de 2023, Diab fue condenado nuevamente en ausencia, esta vez por un tribunal francés que lo sentenció a cadena perpetua, a pesar de la falta de pruebas concretas en su contra.

Temores de extradición

El caso de Diab resurgió con fuerza en 2024 cuando el grupo de defensa judía B’nai B’rith solicitó que la Universidad Carleton terminara su contrato docente. Esta presión, junto con la creciente atención mediática, especialmente de sectores conservadores, ha sumido nuevamente a Diab en un estado de ansiedad. Temiendo que el cambio político en Canadá pueda facilitar una nueva solicitud de extradición, Diab vive en un constante temor, sintiendo que la «espada de Damocles» pende sobre su cabeza.

En su lucha por mantener una vida normal, Diab ha enfrentado amenazas de muerte y su departamento en la universidad ha reubicado temporalmente sus clases por motivos de seguridad. El 71 años de edad, Diab sigue manteniendo su inocencia, pero el regreso de la atención pública a su caso ha reiniciado la incertidumbre sobre su futuro.

Un caso controvertido

El caso de Hassan Diab pone de relieve los dilemas de justicia internacional, las implicaciones de la extraterritorialidad judicial y la forma en que los casos de terrorismo pueden ser utilizados con fines políticos. Mientras Diab sigue luchando para limpiar su nombre, la atención mediática y la presión pública continúan creciendo, sin que se haya resuelto el enigma sobre su culpabilidad o inocencia.

Para muchos, el regreso de Diab al centro del debate público resalta las tensiones entre los derechos humanos, las demandas de justicia y la política internacional. Si bien sigue siendo libre en Canadá, la amenaza de su extradición continúa acechando su vida, manteniéndolo atrapado en un limbo judicial que podría durar muchos más años.

Crédito fotográfico: Bertrand Guay/AFP/Getty Images


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