El trío de Challengers se entrega a los churros, hot dogs y cigarrillos

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En la película Challengers, los actores Zendaya, Mike Faist y Josh O’Connor exploran temas de consumo y deseo. La cinta, dirigida por Luca Guadagnino, sigue a tres jóvenes atletas mientras se relacionan, traicionan y compiten en la cancha de tenis y fuera de ella. Aunque algunos podrían confundirlo con romance, la verdad es que la película no se centra en el amor romántico. Zendaya explica que existe un profundo vínculo entre los personajes, pero se manifiesta de maneras complejas y problemáticas. Los protagonistas, Tashi Duncan (Zendaya), Art Donaldson (Mike Faist) y Patrick Zweig (Josh O’Connor), se conocen en un torneo de tenis durante su adolescencia. A lo largo de 131 minutos, sus caminos se separan y se cruzan una y otra vez. Estos personajes, que antes jugaban al tenis con otras personas, ahora se enfrentan a una pared o una máquina. Necesitan el uno al otro para encontrar la pasión que les falta en la vida, aunque a veces lo hagan de maneras poco saludables.

La película muestra este vacío a través del consumo: alcohol, cigarrillos, bagels y, por supuesto, churros. En una escena que se volvió viral antes de que la mayoría de las personas pudiera ver la película, Patrick y Art están en un comedor universitario, devorando churros. Luego, se comen los churros del otro. La subtrama es evidente: un churro tiene una forma fálica, y esta escena sugiere una conexión íntima entre los personajes. Josh O’Connor (Patrick) y Mike Faist (Art) explican que esta escena surgió después de seis semanas de ensayos, donde aprendieron sobre los matices de sus personajes. Patrick conoce a Art tan bien que sabe que este último saborea lentamente los churros, mientras que él mismo los devora rápidamente. La complicidad entre los amigos se refleja en su relación con la comida.

Esta dinámica también se observa cuando los personajes observan a Tashi jugar en la cancha. En Challengers, el tenis se convierte en una metáfora de la vida, y los churros, hot dogs y cigarrillos son símbolos de sus deseos y carencias. La película nos invita a reflexionar sobre cómo llenamos los vacíos en nuestras vidas y cómo nuestras elecciones de consumo pueden revelar mucho sobre nosotros mismos.


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