THE LATIN VOX (25 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Rüdiger Koch, un ingeniero aeroespacial alemán de 59 años, ha hecho historia al establecer un récord mundial al vivir 120 días sumergido bajo el agua sin salir a la superficie. Su impresionante hazaña, que tuvo lugar en una cápsula submarina ubicada a 11 metros de profundidad frente a la costa de Panamá, fue celebrada con champagne y un cigarro, antes de saltar al mar Caribe, donde un bote lo recogió para llevarlo a tierra firme, donde se organizó una fiesta en su honor.
La cápsula en la que Koch pasó más de cuatro meses estaba equipada con todas las comodidades modernas: cama, baño, televisión, ordenador, internet e incluso una bicicleta estática para ejercitarse.
Su hogar flotante de 30 metros cuadrados estaba conectado a otra estructura situada sobre el agua, a través de un tubo con una escalera en espiral que facilitaba el acceso de alimentos y visitas, incluidas consultas médicas periódicas. Además, paneles solares instalados en la superficie proveían electricidad a la cápsula, aunque no contaba con ducha.
Este desafío, que ha sido monitoreado 24/7 por un equipo de testigos, incluyendo cámaras de vigilancia que captaron todos sus movimientos, ha sido calificado por muchos como una de las hazañas más extravagantes. «Necesitábamos testigos que estuvieran verificando y monitorizando constantemente durante más de 120 días», afirmó Susana Reyes, la adjudicadora de Guinness World Records, quien estuvo presente para certificar el logro de Koch.
Para el ingeniero, esta experiencia no fue solo un reto físico, sino también una exploración de las posibilidades que ofrecen los océanos como un espacio viable para la vida humana. «Lo que intentamos hacer aquí es demostrar que los mares pueden ser un entorno viable para la expansión humana», declaró Koch en una entrevista, destacando su esperanza de que su hazaña inspire a repensar los lugares donde los seres humanos podrían establecerse, incluso de forma permanente.
Durante su tiempo bajo el agua, Koch se sumergió en la tranquilidad del océano, disfrutando de paisajes subacuáticos únicos, como las noches iluminadas por el resplandor natural del mar. «Es imposible describirlo, tienes que experimentarlo tú mismo», comentó, refiriéndose a las sensaciones vividas en la cápsula.
Koch también destacó que, aunque este reto fue una gran aventura, al salir de la cápsula sentía una ligera sensación de arrepentimiento por el final de su experiencia. Sin embargo, la hazaña se convirtió en un símbolo de la capacidad humana para desafiar límites y explorar nuevas fronteras en busca de nuevas formas de habitar el planeta.
El récord de Koch superó la marca anterior de 100 días, establecida por el estadounidense Joseph Dituri, quien había pasado tiempo en un lodge submarino en una laguna de Florida. Ahora, con su logro, Koch ha marcado un nuevo precedente en la historia de los récords mundiales y ha demostrado que, bajo el agua, hay más que solo agua: hay un futuro posible.
Crédito fotográfico: MARTIN BERNETTI / AFP