Preocupación en Canadá por las relaciones entre comunidades: tensión entre musulmanes y judíos en el centro del debate

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Foto: Christinne Muschi

En medio de conflictos internacionales en distintas partes del mundo, una nueva encuesta revela que los canadienses están cada vez más inquietos por las relaciones entre comunidades dentro del país, particularmente entre musulmanes y judíos.

El sondeo, realizado por Leger Marketing para la Asociación de Estudios Canadienses entre el 17 y 19 de enero de 2025, encuestó a 1,578 ciudadanos y arrojó que el 43% de los participantes considera que la relación entre musulmanes y judíos en Canadá es «mala». Además, el 38% calificó negativamente la convivencia entre musulmanes y no musulmanes, el 35% vio con preocupación las relaciones entre indígenas y no indígenas, mientras que el 19% señaló que las relaciones entre blancos y no blancos eran problemáticas. Finalmente, el 18% opinó que las relaciones entre judíos y no judíos también eran tensas.

El estudio también reveló diferencias significativas según la edad de los encuestados. Mientras que el 49% de las personas mayores de 55 años expresó preocupación por las relaciones entre musulmanes y judíos, solo el 34% de los jóvenes de entre 18 y 34 años compartió esa percepción, lo que sugiere una posible evolución hacia una mayor tolerancia en las nuevas generaciones.

A nivel geográfico, Québec se destacó como la provincia donde más personas (48%) consideraron que las relaciones entre musulmanes y judíos eran malas, mientras que Alberta mostró la percepción más optimista, con solo un 38% de los encuestados manifestando preocupación.

Jack Jedwab, presidente y director ejecutivo del Instituto Metropolis y la Asociación de Estudios Canadienses, destacó que estas percepciones pueden ser influenciadas por acontecimientos internacionales. «Creo que esto se debe en gran medida a los eventos posteriores al 7 de octubre», dijo, en referencia al ataque de Hamás contra Israel y la subsiguiente guerra en Gaza. «La cuestión ahora es determinar si se deben tomar medidas para mejorar estas relaciones».

Amira Elghawaby, representante especial de Canadá para combatir la islamofobia, advirtió que «en un momento de creciente polarización, incluidas las alzas en los crímenes de odio, la desinformación y los discursos perjudiciales, la necesidad de que los canadienses se unan para combatir estas narrativas es urgente».

Por su parte, Michael Bueckert, presidente interino de la organización Canadianos por la Justicia y la Paz en Medio Oriente, argumentó que la tensión entre comunidades en Canadá no debe interpretarse como un «conflicto entre judíos y musulmanes», sino como un reflejo de desacuerdos políticos relacionados con derechos humanos y derecho internacional.

Desde B’nai Brith Canadá, el director de investigación y defensa, Richard Robertson, calificó los resultados de la encuesta como «preocupantes» y pidió a los líderes que adopten posturas más firmes contra la retórica y eventos que fomentan la división.

Deborah Lyons, enviada especial de Canadá para combatir el antisemitismo, enfatizó que la percepción de las relaciones entre musulmanes y judíos no siempre refleja la realidad. «En verdad, estas comunidades comparten mucho más de lo que muchos suponen, incluida su resistencia y perseverancia en la lucha contra el odio y la discriminación», aseguró.

A pesar de las preocupaciones expresadas por los encuestados, el hecho de que los jóvenes tengan una visión menos negativa sobre las relaciones entre comunidades podría ser una señal alentadora para el futuro. Con esfuerzos concertados y el compromiso de líderes y ciudadanos, Canadá podría fortalecer su reputación como una sociedad diversa y armoniosa en tiempos de creciente tensión global.


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